Jueves 13 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 29 > Sociedad
Ceferino vuelve con los suyos
Despedida emocionada en Fortín Mercedes. Reclamos de los fieles al enviado papal.

Con sensaciones encontradas, quizá evidenciando una postal de la Conquista del Desierto, se vivió en la ventosa mañana de ayer la despedida de Ceferino Namuncurá desde Fortín Mercedes, a orillas del Colorado. El reencuentro esencial con los suyos para descansar definitivamente en San Ignacio, y poner nuevamente en práctica su lema "quiero ser útil a mi gente" lanzado cuando apenas tenía 11 años; tuvo picos emocionantes y de congoja.

Unos 1.200 seguidores en Luro (epicentro del parque ceferiniano) dejaron que sus manos resbalen por la pequeña urna para que la comunidad que preside Celestino Namuncurá pueda asirse y recuperar un patrimonio de sangre que les pertenece. Las campanas del santuario tronaron en forma ensordecedora. El himno del compositor católico Carlos Seoane acompañó los restos, que con cierta ansiedad, retiró la familia para emprender el largo trayecto hacia los campos de Junín de los Andes.

A alguien había que cargarle las responsabilidad de tamaño acontecimiento. El enviado papal Vicente Tirabasso hizo entrar en razones a los "fortinenses" respecto de que los derechos familiares estaban por encima de todo. Lo que menos pensó, es que la credibilidad de la iglesia estaba en juego. Se tuvo que aguantar expresiones de animosidad por no prepararlos para semejante shock emocional. Cuando le tocó hablar en la misa de cuerpo presente, muy diplomáticamente peticionó "no hacer justicia con mano propia" y "acá nadie pierde ni nadie gana".

El sacerdote, secundado por Antonio Mateos y Valentín Schnaider, presidió la ceremonia de entrega, oportunidad en que se firmó un acta.

Varias veces, el joven mapuche entronizado por el catolicismo, les arrancó cerrados aplausos a quienes abandonaba, y a sus nuevos fieles depositarios. Visiblemente conmovida, y con un sentido componedor para curar heridas previas, la sobrina bisnieta, Claudia Petit Jean, agradeció en nombre de la familia reclamando que el encuentro sirva como "unión para todos" porque (Ceferino) "hizo una obra muy grande aquí" prometiendo que "nosotros la vamos a continuar" en San Ignacio. Esgrimiendo una sensación de abandono, la directora del Colegio Primario Madre Mazzarello, lo despidió con voz quebradiza. Consignó que "los fortinenses sabemos que nuestro indiecito pudo aspirar a los grandes ideales y está comprometido con el dolor y las necesidades de sus hermanos".

Luego siguió un eslabón de tumultos cuando el cofre de madera fue llevado a un vehículo fletado por el gobierno neuquino. La comitiva de los Namuncurá se despidió ornamentada por un arco de policías vestidos de civil, mientras algunos jóvenes exteriorizaban su angustia al raudo paso pretendiendo los vestigios por última vez.

 

ENRIQUE CAMINO

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí