La desaparición de un barco mercante con tripulación rusa en el Atlántico hace más de dos semanas desató una serie de teorías y reportes enigmáticos el jueves, al tiempo que investigadores de toda Europa participaban en la pesquisa.
Rusia tenía navíos militares y satélites rastreando el océano en busca del Artic Sea, contactado por última vez el 28 de julio cuando navegaba por el Canal de la Mancha con una carga de madera valorada en 1,8 millones de dólares (1,3 millones de euros).
Desde entonces no ha habido un avistamiento confirmado del carguero de bandera maltesa, que había reportado ser atacado el 24 de julio en el Mar Báltico frente a la isla sueca de Oland.
"Hay numerosas teorías porque nadie realmente entiende lo que está sucediendo", dijo Pavel Felgenhauer, un analista de seguridad. "Nadie entiende a quién le hace falta un cargamento de madera".
La tripulación había dicho que el 24 de julio una decena de hombres enmascarados abordaron el buque, ataron a los tripulantes, los interrogaron acerca de tráfico de drogas y los golpearon, antes de alejarse en un bote inflable de alta velocidad, dijo la Autoridad Marítima de Malta.
El navío debería haber tocado puerto el 4 de agosto en Argelia, pero no ha llegado y al parecer cambió de rumbo. La autoridad marítima dijo que el Artic Sea "no se ha acercado al Estrecho de Gibraltar, lo que indica que el buque se adentró en el Océano Atlántico".
Conjeturas sobre lo que pudiera haber sucedido van desde teorías de que el buque pudiera transportar una carga secreta hasta la posibilidad de que haya sido víctima de un insólito caso de piratería en aguas europeas.
El diario sueco Metro dijo que habló por teléfono el 31 de julio con alguien que dijo ser el capitán del Arctic Sea acerca del reportado ataque en el Báltico. "Ellos estaban vestidos de uniforme negro", dijo el capitán, de acuerdo con el diario.
"Parecían soldados estadounidenses de fuerzas especiales y parecían muy profesionales. Dijeron que estaban buscando cocaína que habría sido recogida en Kaliningrado. Hablaban inglés con acento".
El buque fue reparado en Kaliningrado, un enclave ruso y centro de narcotráfico, antes de recoger su carga de madera en Finlandia.
Expertos se estaban cuidando de atribuir la desaparición a bandidos, haciendo notar que aunque la piratería abunda en aguas frente a Somalia y en otras áreas del mundo, las aguas europeas han estado libres de esos ataques durante siglos. Además, los piratas habitualmente piden rescate.
AP.-