-Si tomamos del golpe en adelante, a lo sumo son 9.000 o muy poco más. Jamás 30.000. Y si fueran 30.000, coincido con lo que dijo Graciela Fernández Meijide en la presentación de su libro: hay que ponerle nombre a cada uno de ellos, como se hizo en el informe de la Conadep con los 8.960 casos que denunció -dijo la fuente y se tomó un respiro-. Luego acotó:
-Y le digo del golpe militar en adelante porque es el tiempo investigado por la Conadep y del que se ocupa la Justicia. O sea, no se han investigado las desapariciones y las muertes que sufrió la izquierda a partir del 74, con el gobierno de Isabel Perón. Le doy un dato: entre la segunda semana de abril y fines de setiembre del 75, con las fuerzas armadas ya operando contra la subversión y la derecha peronista operando por izquierda, el ERP pierde entre desaparecidos, muertes en combate, aparecidos muertos y gente que cae presa, no menos de 600 militantes y cuadros político-militares. Caen en una franja que, partiendo de Tucumán, desciende hasta Córdoba, se mete en la provincia de Buenos Aires describiendo una curva y se ensancha a modo de embudo teniendo como extremo norte Villa Constitución y sur, Mar de Plata. En el medio quedan Capital y el Gran Buenos Aires. Fue una sangría de gente experimentada. En diciembre, en Monte Chingolo, el ERP era una mueca. No tenía política y estaba infiltrado por el ejército a través del "Oso" Ranier, que entregó Monte Chingolo, pero antes ya había entregado más de 60 militantes.
-Lo mataron -dijo este diario.
-El RP lo descubrió y le metió una inyección. Lo de la franja no es caprichoso. Pertenece al coronel Eusebio González Breard, jefe de Inteligencia del Operativo Independencia. Terminó su carrera en la Casa Rosada, con Raúl Alfonsín presidente. Era un especialista en ERP...
La fuente, un alto oficial en actividad del Ejército Argentino, conversó ayer con este diario bajo la única exigencia de reserva de su nombre. Junto a él, café por medio en "Nucha", escuchaba otro invitado, un general de brigada hoy retirado y que llegó a ese rango ya en democracia.
-En esto de las víctimas -dijo esta otra fuente- que resultan de la violencia política siempre hay datos muy encontrados. Y no se trata de ser cínico y decir, como Stalin, que "un muerto es un problema, un millón de muertos, una estadística"...
-¿Qué me quiere decir? -preguntó "Río Negro".
-Que de un lado u otro siempre hay demagogia. Durante el Proceso, decíamos que los desaparecidos estaban en Europa y no era así. Con la democracia se instaló lo de los 30.000, pero sólo dos personas en ese lapso advirtieron lo endeble de esa afirmación si no se presentaban pruebas. Una fue hace creo que más de 10 años, en carta a "La Nación", el general Olivera Róvere (N. de la R.: hoy bajo juicio por violación a los derechos humanos). La otra es la señora Fernández Meijide?
Las dos fuentes coincidieron en que "hay mucho para seguir investigando" en materia de subversión y represión en Argentina. "Se conoce el cómo, el por qué, el dónde. Pero hay temas que son un libro en sí mismo", dijo uno de los consultados.
-¿Qué temas, por ejemplo? -se quiso saber.
-Los celos interfuerzas a la hora de las operaciones, lo diferentes que se sentían quienes integraban los grupos de tareas en relación con el conjunto de los militares. Se sentían superiores? las veces que se cagaron a balazos entre grupos que iban a buscar, cada uno por la suya, un blanco. Pasó en La Plata, en Córdoba, en Capital. Recuerdo el caso de un marino retirado que vivía en San Isidro. Cayó un grupo que quería entrar por su casa a una casa vecina para agarrar a alguien. El marino sospechó algo. Se atrincheró armado y dijo que si entraban los bajaba. Llamó al ejército. Vino y se las agarró a balazos con el grupo creyendo que eran terroristas. De golpe se reconocieron como propia tropa. Se dieron la mano, se llevaron a la persona que buscaban y se fueron -dijo la fuente y la reunión llegó a su fin.
(N. de la R.: horas después este diario pudo establecer que el "marino atrincherado" era el capitán de navío (R) Edgardo Andrew, un aviador naval con destacada participación en la Revolución Libertadora. El hecho se dio no en San Isidro sino en Olivos y la persona detenida, una joven, permanece desaparecida).
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com