ZAPALA (AZ).- Los obreros despedidos de la empresa Zonis que tenían a su cargo la construcción del ferrocarril Trasandino mantuvieron ayer abierta la ruta nacional 22 a la espera del resultado de la negociación que llevaban adelante con funcionarios del gobierno provincial en la capital neuquina.
El grueso de los trabajadores se mantuvo durante la mayor parte de la jornada al costado de la ruta a la espera de las novedades que surgieran de la mesa de diálogo con el ministro de Gobierno, Educación y Cultura, Jorge Tobares, el intendente Edgardo Sapag y los delegados gremiales.
"Todavía no tenemos certezas, se está buscando una salida al conflicto que permita resolver la situación laboral de estas personas", confió ayer una fuente cercana del oficialismo zapalino.
El reclamo se originó este martes a partir del despido de 70 trabajadores de la empresa Zonis que se desempeñaban en la obra del ferrocarril Trasandino. Poco después de la notificación, los obreros se movilizaron hasta la ruta 22 y bloquearon el tránsito a la altura del paraje El Cristo.
Además del pedido por la continuidad laboral, los manifestantes cuestionaron a las autoridades de la provincia que, de acuerdo a su versión, se habían comprometido a garantizar la extensión del trabajo más allá de la finalización de esta obra.
Ayer, la comuna puso a disposición de los trabajadores vehículos oficiales y el propio intendente Edgardo Sapag encabezó la delegación que partió rumbo a la capital neuquina para buscar una salida al conflicto.
Según explicaron los obreros, la provincia mantiene una deuda con la empresa Zonis que, a su vez, todavía no finalizó las tareas en la zona.
"Queremos seguir trabajando, nos prometieron la continuidad y ahora queremos que cumplan", advirtieron.
Una de las principales complicaciones se vincula con los ingresos que venían percibiendo los trabajadores cuyos montos superaban ampliamente a cualquier subsidio de los que la provincia ofrece por tareas de contraprestación.
Zonis fue contratada por el gobierno anterior para una obra que está seriamente cuestionada porque del otro lado de la cordillera, no sólo no existe interés en el proyecto sino que el Estado chileno directamente levantó las vías que llegaban hasta Lonquimay, cerca de la frontera con Argentina. Hasta las estaciones fueron desmanteladas.
