Miércoles 12 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
La hora de Ricardo Laham
Las obras del artista plástico argentino vestirán las paredes del MNBA neuquino. Son más de 60 pinturas inspiradas en un pensamiento constructivista y geométrico.

NEUQUÉN (AN).- Hace poco más de un año Ricardo Laham era galardonado con el gran Premio Salón Nacional de Artes Visuales 2008. El reconocimiento da cuenta del talento de un artista plástico que encarna una de las abstracciones geométricas más importantes que se hicieron en la Argentina.

Parte de la obra del pintor se podrá ver en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén desde este viernes y hasta el 27 de septiembre. Son pinturas que fueron inspiradas en un pensamiento constructivista y geométrico, confeccionadas desde 1968 hasta 1984. De la inauguración (prevista para las 20 con entrada libre y gratuita) participará el propio Laham y el curador de la exposición, Raúl Santana.

La exhibición en el MNBA -integrada por más de sesenta pinturas- brinda pautas básicas para comprender la obra y el pensamiento de un artista que no es el más mediático ni el más difundido, pero que tiene "una honestidad y una exquisitez absoluta", según dijo el secretario de Cultura y director del museo neuquino, Oscar Smoljan.

Ricardo Laham nació en Buenos Aires en 1940. Su obra representa décadas de reflexión en torno al arte, años de construcción de un mundo pictórico inspirado en las experiencias de vida de alguien que pasó de la abstracción a la figuración, a contramano de lo que es una norma entre los pintores.

Denominada "abstracción geométrica" por su curador, la línea de pintura de Laham que veremos en Neuquén tiene base en los años setenta y parte de los ochenta. Toma los elementos de cada movimiento hasta llegar al universalismo constructivo de Torres García. Se podrán apreciar tres períodos de transformación hasta llegar a la "potente y ascética" presencia del blanco y negro, que es -dijo Santana- "la dialéctica más potente dentro de las artes plásticas".

"El negro es la ausencia del color y el blanco es la presencia de todos los colores", agregó el curador que además se desempeña como asesor del Centro Cultural Recoleta. En la misma sintonía, Smoljan destacó que "Laham logró llegar a la síntesis absoluta, una imagen propia donde el vacío tiene un gran sentido". Y agregó: "El artista actuó con una honestidad absoluta porque cuando llegó a esa profundidad se dedicó a otra cosa (la figuración), no se repitió".

Laham estudió en el taller de Emilio Pettoruti entre 1955 y 1959. Luego recibió una beca que lo llevó a residir en París por tres años, donde recorrió los principales museos. Mientras tanto, intercambiaba correspondencia con Pettoruti que fue su consejero en términos de arte. En 1968 experimentó un viaje revelador por Bolivia y Perú. El contacto con la cultura precolombina ejerció una significativa influencia sobre su obra posterior apoyándose en los signos y símbolos de las culturas de América.

Dentro de su vasta trayectoria figuran importantes galardones como el Premio Marcelo de Ridders del Museo Nacional de Bellas Artes (1973), el Primer Premio Pintura Salón Nacional de Artes Visuales del Palais de Glace (2004) y el premio otorgado en 2008.

"Laham es una persona que tiene una dosis de intuición y reflexión. Nunca abandona una obra si él no la considera que está en su punto exacto para ser vista. Es una artista muy distinguido, de una gran delicadeza como ser humano", opinó Santana.

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