Miércoles 12 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Deportes
OPINIÓN: La guerra Clarín-K y el inescrutable Grondona

La realidad es relativa y cada una de las partes tiene su verdad. Televisión Satelital Codificada intentará por todos los medios hacer cumplir el contrato hasta el 2014 y eso incluirá amparos legales y hasta presentaciones judiciales a nivel internacional. El gobierno apela a una medida populista para recrudecer la guerra contra el grupo Clarín y Julio Grondona da un golpe de timón que cambiará el panorama para siempre.

Dentro de este juego de artilugios, negocios y mentiras, el gran "mérito" de Grondona fue capitalizar la bronca del amante del fútbol hacia una sociedad de empresas que fue aliada estratégica del mandamás afista durante los últimos 18 años y que no logró comprender que al usuario hay que darle alguna vez, y no siempre exigirle (o quitarle).

Con el correr del tiempo, el grupo Clarín y Torneos y Competencias, dueños de los derechos de televisación y comercialización del "producto fútbol", monopolizaron el deporte más popular del país, tomaron hasta los goles de "rehenes" (sólo se podían ver pagando o a las 22 por Fútbol de Primera) y produjeron y reprodujeron programas deportivos monocordes y viciados en sus líneas editoriales. Esa falta de improvisación fue evidente durante los últimos días, cuando TyC puso en pantallas amenazas de juicios en vez de argumentos y "pinchó" a diferentes personajes opositores para salir a decir que el Estado no debería hacerse cargo de este negocio.

Que la gente mira con desconfianza a Torneos y Competencias es tan cierto como que en el trasfondo del conflicto bulle la lucha intestina entre los ´K´ y el grupo Clarín. No hay que olvidar la guerra por la nueva Ley de Radiodifusión, tampoco las apariciones del ex presidente en temas álgidos como los problemas financieros de Racing, menos que fue el mismo Néstor quien le hizo saber hace un tiempo al conglomerado de Ernestina Herrera de Noble que le arrebataría el fútbol.

Suena no muy bien que el Estado decida manejar un negocio como éste cuando la realidad mundial indica (sea en Europa o en América) que los gobiernos facilitan en forma masiva el fútbol por tevé, pero no se inmiscuyen en la comercialización. Es más, en el Viejo Continente el paquete se reparte entre diferentes canales para multiplicar el ingreso. Pero aquí ya no se soporta tampoco el monopolio que comenzó hace 18 años, sin siquiera licitación previa. Una sociedad en la que el socio se vende el producto a sí mismo.

La guerra es entre Clarín y el kirchnerismo, y de eso no hay dudas. Pero la gran pregunta es ¿por qué Grondona se jugó por este gobierno, golpeado después de las legislativas, cuando no lo hizo por otros de antaño? Don Julio cumplió 30 años en el poder de la AFA y durante ese tiempo la Argentina tuvo 13 presidente de la Nación -nueve democráticos y cuatro de facto-. Es decir, Grondona le abre el juego a un gobierno cuando antes no lo hizo con militares, alfonsinistas, menemistas, delarruistas y demás.

Los clubes, en su mayoría, son culpables de esta situación de interrogantes. Primero, por no exigir revisiones periódicas de un negocio muy dinámico y, segundo, por aprobar cada decisión de Grondona sin siquiera analizarla.

Cómo entender que don Julio recogió un sólo voto en contra en las ocho elecciones que ganó. Cómo entender que los dirigentes hace unos días reclamaban conocer los detalles del contrato AFA-TSC y ahora prefieren no saber, y festejan que no pagarán ante posibles represalias legales de Clarín y su socia. Porque hoy por hoy todos hablan de cifras, pero nadie sabe a ciencia cierta cuánto valen los derechos del fútbol.

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