BUENOS AIRES.- El gobierno salió ayer a desacreditar la denuncia de Alberto Fernández, relacionada con el supuesto espionaje que llevaría a cabo el Ejecutivo contra su persona, y afirmó que "no tiene ningún sentido". El encargado de responder a las acusaciones fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien dijo haber creído que con el ex referente kirchnerista eran "amigos".
El lunes, Alberto Fernández acusó al Gobierno de haberle "pinchado" el teléfono celular y de tomar represalias por haberse reunido con el vicepresidente Julio Cobos.
Según señaló, la separación del cargo que tenía en Papel Prensa y las remociones de Marcela Losardo de la Secretaría de Justicia y de Nicolás Trotta de una subsecretaría de la Jefatura de Gabinete respondieron a una reacción oficial por el encuentro con el dirigente radical.
"A esta altura estoy curado de espanto con las escuchas, los e-mails, qué sé yo, no puedo creer que tengan tanto interés en saber lo que yo hago, digo o pienso, si lo digo públicamente", sostuvo, refiriéndose a los miembros del Gobierno que se dedicarían a hacer espionaje sobre su persona. Ayer por la mañana, Aníbal Fernández decidió responder las acusaciones y lamentó que el ex jefe de Gabinete no se haya comunicado con él para informarle sobre la situación, para "hacer la denuncia penal, como corresponde, e ir por el responsable".
"Si hubiese tenido un problema de esa característica, así como ha llamado, o escrito sms (mensajes de texto) o cualquier cosa, se hubiese conectado con cualquiera de nosotros y le hubiésemos buscado la vuelta para ver qué es lo que está pasando, hacer la denuncia penal como corresponde e ir por el responsable", replicó. (DyN)