La obesidad infantil constituye actualmente la peor crisis de salud en EE.UU., indicaron expertos esta semana, urgiendo a los padres a prohibir la televisión en las habitaciones de los niños y a los legisladores a aplicar un impuesto a los refrescos, cargados de azúcar.
Dos tercios de los adultos estadounidenses y aproximadamente un quinto de los niños estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos y el aumento de la tasa de obesidad en EE.UU. ha tenido un efecto debilitador en la salud de los ciudadanos así como en el gasto en salud del país.
Además del hecho de que le está costando a EE.UU. miles de millones de dólares por año, la obesidad significa que la nueva generación de estadounidenses podría vivir menos que sus padres.
La obesidad infantil "es el problema de salud pública número uno en el país, poniendo a la generación más joven en riesgo de ser la primera en la historia de nuestro país en tener una vida más corta que sus padres", dijo el ex presidente Bill Clinton en el congreso "El peso del país".
Clinton representaba a la Alianza para una generación más saludable, que busca reducir drásticamente la obesidad infantil para 2015.
Los funcionarios del CDC plantearon dos docenas de pasos -desde prohibir la televisión en los dormitorios de los niños hasta facilitar la compra de comida fresca- que ayudarían a bajar las tasas de obesidad y los costos médicos asociados, que se han casi duplicado desde 1998. (AFP)