MUNICH, Alemania.- Un tribunal alemán condenó ayer a cadena perpetua por una masacre de civiles en Toscana (Italia) en 1944 a un ex oficial nazi, Josef Scheungraber, de 91 años, que vivía tranquilamente en Baviera.
Josef Scheungraber fue el "único oficial de la compañía" que el 26 de junio de 1944 mató a 14 civiles en Folzano di Cortonna, en represalia por un ataque de los partisanos, subrayó el presidente del tribunal de Munich.
El acusado había rechazado los cargos en su contra durante los once meses que duró el juicio, alegando que había entregado a los civiles a la policía militar y que desconocía lo ocurrido después.
Scheungraber fue declarado culpable de la muerte de diez de ellos, anunció el magistrado. "Es un escándalo", reaccionó uno de los abogados de Scheungraber, Klaus Goebl, anunciando su intención de pedir la revisión del veredicto. La condena no puede ser aplicada mientras el veredicto no sea definitivo, y Scheungraber, de 90 años, salió libre del tribunal. Scheungraber, que parecía con buena salud, escuchó la sentencia vestido con la tradicional chaqueta bávara, de color oscuro.
El móvil de esta masacre "era la venganza, el odio y la cólera contra los partisanos que habían matado a dos de sus soldados", estimó la Corte. "No eran represalias legales, ya que se ejercieron no contra soldados sino contra civiles" sin defensa.
El veredicto fue aplaudido por los habitantes de Folzano di Cortonna y los descendientes de las víctimas, presentes en el público. "Se trata de un juicio muy importante, para nuestras familias, nuestros parientes que no pueden estar aquí, es un veredicto justo", declaró Angiola Lescai, de 60 años, quien perdió a su abuelo y a un tío en la masacre.
El alcalde de Folzano di Cortonna, Andre Vagnini, había declarado antes del veredicto que esos habitantes "no pedían venganza, sino justicia".
En represalias tras un combate con partisanos, los soldados alemanes tomaron como rehenes el 26 de junio de 1944 a un grupo de civiles, de edades comprendidas entre 15 y 66 años. Los llevaron a una casa del pueblo y luego la dinamitaron. Sólo sobrevivió un muchacho de 15 años, Gino Massetti. Josef Scheungraber había sido condenado ya en ausencia por esos hechos a cadena perpetua el 28 de setiembre de 2006 por el tribunal militar de La Spezia (norte de Italia), pero Alemania que no extradita a sus ciudadanos jamás hizo aplicar esa condena. Por esa razón el anciano siguió viviendo tranquilo en Baviera, en su pueblo natal de Ottobrun, en donde después de la guerra se convirtió en una personalidad muy respetada, gerente de una carpintería y concejal.