JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Por estas horas, el intendente de Junín, Rubén Campos, realiza ingentes gestiones en la capital provincial, en procura de fondos para pagar los sueldos a los trabajadores municipales y contratados de la comuna, en medio de un fuerte déficit mensual.
Así trascendió en fuentes del palacio municipal, mientras Campos emprendía viaje a la capital, en una repetida peregrinación por pasillos oficiales, según relató un colaborador del jefe comunal. El municipio recibe unos $ 250.000 mensuales por encima de los aportes que le corresponden por coparticipación y regalías, pero se estima que se necesitaría otros 270.000 para cubrir otros gastos.
De momento, "sólo podemos pagar los sueldos, a pesar de que estamos haciendo ajustes desde que asumió esta gestión", dijeron en el centro cívico, donde existe también malestar con pliegues del gobierno de Jorge Sapag, por lo que interpretan como una suerte de "permanente amansadora" en las oficinas de la administración central.
Siempre según las fuentes, Junín tiene una recaudación que no supera el 35 % del padrón de contribuyentes, y ha caído en los últimos meses como consecuencia de una disminución de la actividad económica, que se nota tanto en la construcción como en el turismo.
El municipio paga al mes unos $ 750.000 sólo en sueldos, a los que hay que sumar los pagos al personal contratado. En consecuencia, si se considera el dinero que recibe por encima de la coparticipación y el que necesita para cubrir también las obras y servicios propios de la administración municipal, Junín tendría un déficit cercano a los $500.000 mensuales, dijeron los informantes, que prefirieron mantenerse en reserva, a propósito de la tirante relación que existe entre el municipio y la provincia.
Es que, en el plano de la política, las quejas hacia la administración Sapag se multiplican entre los colaboradores de Campos, por lo que consideran un "virtual abandono" de la gestión municipal, que prácticamente no ha recibido obras, vitales para reactivar la alicaída oferta laboral.
Conviene recordar que semanas atrás hubo una seguidilla de cortes de ruta protagonizados por obreros de la construcción, en su mayoría, en demanda de trabajo.
Campos reconoció que la plantilla está sobredimensionada con los llamados "contratados", que recibió como parte de la "herencia" del anterior gobierno, pero también admitió que "no se puede echar a la gente" sin agravar el ya crítico cuadro social que se vive en la ciudad.