Martes 11 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 27 > Internacionales
Correa dijo que profundizará proyecto socialista al asumir

QUITO (AFP).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se comprometió ayer en su discurso de investidura a radicalizar su proyecto socialista, al tiempo que criticó con dureza al gobierno de Colombia y propuso medidas para evitar los "excesos" de la prensa.

Correa, un economista de 46 años, juró a un nuevo mandato presidencial de cuatro años el mismo día en que su país celebró el bicentenario de la independencia de España y asumió la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

En su discurso de posesión del cargo, el mandatario ratificó el carácter socialista de su "revolución ciudadana", y sin anticipar medidas concretas habló de una radicalización de las reformas que emprendió en la primera etapa de su gobierno. "La revolución ciudadana es irreversible y nada ni nadie la podrá detener", proclamó Correa ante una decena de jefes de Estado que llegaron a Quito para asistir a su posesión y a la cumbre de la Unasur.

Correa asumió en 2007 para un período que debía concluir en 2011, pero gracias a una reforma constitucional se anticiparon los comicios y fue reelegido en abril hasta 2013.

El presidente repasó la gestión de su primer mandato destacando la aprobación de una nueva Constitución, el fin de un acuerdo antidrogas que le permitía a Estados Unidos utilizar una base ecuatoriana, y los programas de atención a los pobres. "Hace pocos días el último soldado extranjero que se encontraba en nuestro territorio regresó a su país", dijo Correa ante la ovación de sus partidarios.

En ese sentido, criticó con dureza al gobierno colombiano por su intención de permitirle a Washington usar siete de sus bases militares a través de un acuerdo aún en discusión, pero que ya generó tensiones en la región. "Ojalá la instalación de bases militares (...) no proponga fortalecer la política guerrerista del gobierno (colombiano) y combatir no al narcotráfico, sino a los gobiernos insurgentes de nuestra América", afirmó.

De otro lado, planteó a los gobiernos de la región delinear "formas de controlar los excesos de la prensa". "El mayor adversario que hemos tenido en estos 31 meses de gobierno ha sido una prensa con un claro rol político, aunque sin ninguna legitimidad democrática", añadió.

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