GUADALAJARA, México (DPA/Télam).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sostuvo que el derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, debe ser restituido en su cargo, pero cuestionó "cierta hipocresía" que por un lado pide dejar el intervencionismo y por otro lado exige actuar con dureza en este caso.

"Hemos dicho muy claramente que el presidente Zelaya fue retirado de manera ilegal, que hubo un golpe de Estado y que él debe regresar", dijo Obama al término de la Cumbre de Líderes de América del Norte realizada en Guadalajara, México. También dijo que su gobierno ha "cooperado con todos los organismos internacionales para enviar dicho mensaje".

Por otra parte, ante reclamos de políticos de la región que exigen una actitud más activa de la Casa Blanca, el presidente Obama dijo que: "Los que dicen que los Estados Unidos no han intervenido lo suficiente en Honduras, son los mismos que dicen que siempre estamos interviniendo y que los yanquis se tienen que salir de América Latina, y no se pueden tener las dos cosas."

Pero Obama fue aún más allá y agregó que los "críticos piensan que deberíamos actuar de una manera que en cualquier otro contexto les pareció mal, entonces creo que eso indica que quizá hay cierta hipocresía en su enfoque sobre las relaciones de Estados Unidos con América Latina". La semana pasada el presidente Zelaya, durante una visita a México, dijo que Estados Unidos podría rápidamente solucionar la situación derivada del golpe de Estado en Honduras que lo derrocó.

Los gobernantes de Estados Unidos, México y Canadá acordaron durante la cumbre reforzar la cooperación en torno a la gripe A, la inmigración, el crimen organizado y el cambio climático, además de exhortar a la restauración del orden constitucional en Honduras. Barack Obama, su par mexicano Felipe Calderón y el primer ministro canadiense, Stephen Harper, abordaron temas relacionados con la recuperación económica y el comercio. Las tres naciones socias del Nafta prometieron una "respuesta conjunta y responsable" para enfrentar la amenaza de la gripe A ante un previsto rebrote de la enfermedad a partir de septiembre, en el otoño.