El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández volvió a denunciar ayer que el gobierno lo "espía" a través de la intervención de sus teléfonos y correo electrónico, y consideró que se debe a una serie de mensajes que intercambió en los últimos días con el vicepresidente Julio Cobos.
"Me duele y me molesta. Me parece que es una mala práctica", sostuvo Fernández, quien vinculó esa situación con la salida de gente de su confianza del gobierno, a partir de su renuncia a la Jefatura de Gabinete en el mes de julio del año pasado.
El otrora hombre fuerte del gobierno kirchnerista aseguró que "hubo una andanada de gente echada" vinculada a él, y que esas salidas tienen que ver con "una serie de mensajes" que intercambió con Cobos para encontrarse "a tomar un café".
En declaraciones radiales, el ex jefe de Gabinete estimó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su esposo Néstor Kirchner "deben haber pensado" que la reunión tenía carácter conspirativo, y sostuvo que lo lamenta porque "es no darse cuenta de que uno quiere que a este proyecto le vaya bien y no como le está yendo".
Fernández relató que se encontró con Cobos para plantearle su "preocupación" por el debate en torno a las facultades delegadas (conocidas habitualmente como "superpoderes") y que le planteó "la importancia de que el Poder Ejecutivo conserve esas facultades", en alusión a la capacidad de fijar retenciones.
"A esta altura estoy curado de espanto. Con escuchas, e-mails. No puedo creer que tengan tanto interés en saber lo que hago", manifestó Alberto Fernández.
Por último, el dirigente volvió a cuestionar al gobierno kirchnerista y consideró que los K "demuestran una formidable incapacidad de entender lo que está pasando, de que ha quedado delineado un escenario político difícil después de la elección".
