-¿Qué impresión tenés de los llamados libros electrónicos?

-Adoptar las nuevas formas o formatos que aporta la tecnología no quiere decir descartar los otros. En un momento donde la información rebasa en cualquier medio, los chicos tienen un diccionario y un marco cultural reducido además de serias dificultades para abordar y procesar información. Entonces se trata de ampliar, de abrir, de conocer lo viejo, lo nuevo; de ver que puede ser más adecuado para determinados fines.

-Hace poco vi que unos chicos, inspirados en Twitter, tenían pensado sintetizar grandes clásicos de la literatura en 140 caracteres. ¿Qué te parece? ¿Se puede? ¿We debe?

-Desconozco la propuesta. Que sea una propuesta de chicos trabajando me parece interesante. El inconveniente está en el riesgo de desvirtuar la obra literaria, hacerle decir algo que no se ajusta a las versiones consideradas originales, sin aclararlo.

-¿Cómo creés que influyen las nuevas tecnologías en el acto de la creación literaria?

-Es interesante en tanto abre un mundo que en general aparece como alejado y sujeto a factores no sólo de calidad en términos creativos sino de índole económica. Creo que es válido sumar alternativas, abrir puertas, conectarse, difundir.