ROMA- La entrada en vigencia de la Ley sobre Seguridad del Gobierno, de Silvio Berlusconi, que considera la inmigración ilegal como delito y que autoriza rondas callejeras de ciudadanos voluntarios, causó las primeras detenciones, mientras se mantienen posturas encontradas sobre su aplicación.

Fuentes de la jefatura de Policía de Pescara confirmaron que la Policía arrestó a dos marroquíes en situación irregular en Italia, que serán procesadas mañana.

A las detenciones se suman denuncias contra inmigrantes ilegales en ciudades como Bolonia, Milán o San Remo.

La ley prevé multas de entre 5.000 y 10.000 euros (de 7.095 a 14.190 dólares) a los inmigrantes sin papeles, así como un proceso ante el juez en el que las personas en situación irregular podrán ser expulsadas de Italia de forma inmediata.

Se amplía hasta seis meses el tiempo de retención de indocumentados y se fija la necesidad de estar en posesión de documentos en regla para acceder a oficinas públicas. La oposición advirtió del riesgo de que los indocumentados no inscriban a sus hijos en censos. (EFE)