Las cárceles de la Provincia de Buenos Aires están nuevamente en el centro de la tormenta, en una especie de temporal eterno que nunca cesó, y que se reafirma con el último informe que publica el Comité Contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria. 

Los casos de tortura policial, el asinamiento debido a la sobrepoblación de presos, las muertes dudosas y las escasas condiciones de salud son los ejes principales del estudio de este año que deja de manifiesto que el panorama pareciera haberse agravado sistemáticamente.  

“La violencia institucional sigue incrementándose, con métodos de torturas como picana eléctrica y ‘submarino seco’”, explicó a 24CON el coordinador del Comité Contra la Tortura , Roberto Cipriano. Pero estos métodos no son los únicos: palazos, golpizas, aislamientos, duchas o manguerazos de agua helada, también están en la lista.

El informe detalla que “de un total de 266 encuestas realizadas en 5 unidades penales de la provincia, el 72 % de los detenidos reveló haber sido agredido físicamente por personal penitenciario”. Asimismo, que los más agredidos son jóvenes y primarios. 

En el caso de las mujeres detenidas, la situación es similar. El 25% de las reas reconoció haber sufrido algún tipo de agresión policial en 2008. Maltrato que muchas veces es producido por personal masculino del Servicio Penitenciario Bonaerense, “aunque formalmente no debería tener contacto directo” con ellas.
Algunos castigos suelen convertirse en inhumanos.

Como el “submarino seco”, en donde el torturador envuelve la cabeza del recluso en una bolsa de nylon y presiona el borde inferior sobre su cuello. La asfixia, le llega en minutos y si la tortura se excede, lógicamente, puede producirle la muerte.  

Como así también el aislamiento en los buzones, donde separan a los presos en forma de castigo en celdas de 2 x 1,5 metros, con doble puerta, durante casi un día. “Es allí donde se registra la mayor violencia física (golpizas), además del padecimiento psicológico y las condiciones de detención”, según expresa el informe

Estás técnicas están prohibidas por ley, sobre todo en las que respectan a Derechos Humanos, muchas de ellas amparadas en pactos internacionales que incorporó la Constitución Nacional en su reforma de 1994.

Exceso de presos

Para marzo de 2008 la población carcelaria ascendía a 21.104 detenidos. Para el mismo mes de este año, el número alcanza a los 24.180. En las comisarías de la Provincia creció de 2.782 a 4.142 personas, datos extraídos de las detenciones ocurridas, solamente, en 4 meses.

Al respecto, Cipriano, expresó a este medio: “Hay que tomar la decisión de encarcelar a menos gente. Hay una decisión del Estado de perseguir a los delitos menores y no a los de guante blanco. Y las leyes están dirigidas también hacia eso, hasta que no se tomen medidas en este sentido la situación va a seguir empeorando”. Asimismo, sentenció: “Meter cada vez más gente no sirve de nada. Los que salen se vuelven mucho más violentos  y vuelve a delinquir. Es una espiral que no tiene fin”.

Violencia interna, entre internos
 
Las peleas entre presos, las cotidianas autolesiones (como la ingesta de vidrios molidos o de utensillos de cocina, o cortes en los brazos), amenaza a la policía e intentos de suicidio, se convierten en los pormenores de la vida carcelaria.  Según los informes remitidos por el propio Poder Judicial, los hechos de violencia entre presos ascienden a 7.027 en 2008, es decir, más de 585 episodios por mes.
 
Como respuesta a estos desmanes, la policía reacciona duro, con el fin de controlar las situaciones conflictivas y muchas veces frenando posibles tragedias. Otro dato que asombra: “la represión con balas de goma ha sido utilizada al menos en 1.487 oportunidades durante 2008, o sea alrededor de 123 hechos por mes”, según el estudio.

La Comisión por la Memoria de la Provincia presentó ésta recopilación de datos el jueves 6 de agosto en el Colegio de Abogados de La Plata.

Fuente: 24CON