| Domingo 09 de Agosto de 2009 | > Sociedad |
El calendario anual nos impone casi sin elección el día del niño. Tal como lo decimos en forma habitual en otras fechas “el día del niño es todos los días…”pero hasta un cierto momento.
Así, por ejemplo el día de la madre, del padre se festeja desde que se conoce la existencia del hijo e incluso se conmemora cuando el padre o madre ya no están. Es que el nacimiento de una madre o un padre lo otorga la presencia de un hijo. Desde ese momento se aguarda que cada uno cumpla su función de protección, ofreciéndole sin pedir nada a cambio, alimentación, educación, vivienda, nombre.
Con el niño no sucede lo mismo. Un niño se es hasta un determinado momento. Aunque festejemos en nombre de ese niño que todos llevamos dentro (eso solemos decir) la sociedad no espera de nosotros que nos comportemos como tales.
El festejo del día del niño es considerado hasta el comienzo de la pubertad. Se despide de a poco de cada uno. Tiene un comienzo y un fin. Es un proceso. No se es el mismo niño a los 2 años que a los 7 años.
Es una obviedad podrán pensar…Sí, pero tengamos en cuenta que a los 2 años a esa persona le sucedieron hechos que influyeron sobre los 7 y le quedarán posiblemente inmóviles en su recuerdo y tendrá mucha relación con la construcción de su personalidad. Esto implica que lo que realizamos o no por el bienestar de los niños (hijos, hijastros, ahijados, sobrinos, alumnos, vecinos, etc.) repercutirá en su ser adulto próximo a llegar.Sugerencias para hacer: Preguntarles a ellos, los protagonistas, que quieren hacer. Algunas opciones.- Ir a la plaza o algún lugar al aire libre con lo que ellos decidan tomar o comer. Pueden ser sus galletitas favoritas o cocinar juntos una rica torta para compartir.
- Jugar a la soga, elástico, bolitas con ellos. Enseñarles cómo se hace.
- Hacer una bicicletada en grupo o familia.
- Dados: generala, ti- nen-ti-
- Con papel: tutti frutti- barco hundido.
- Pintarse con lo que se encuentre. Si no hay maquillaje puede ser un poquito de harina con agua y algún colorante…¡hacer el ridículo a veces puede ser buenísimo!
- Disfrazarse con sábanas, manteles, algún retazo de tela…¡A no preocuparse que una lavadita luego no es tan costoso y lo recordarán por siempre!
- Para los más chiquitos: escondidas detrás de cortinas, tirarse al piso y girar como palos de amasar, hacer música con tapitas, cacerolas, o lo que se pueda.
- Con una caja grande armar un carrito. Ponerlos dentro y empujarlos ¡Les súper divierte!
- Hacer masa con harina y agua ¡a enchastrarse!
A los niños ¿cuál sería un día del niño ideal?
Lic. Laura Collavini, Psicopedagoga y diseñadora de material didáctico