SIERRA GRANDE (ASG).- Cientos de vecinos de esta ciudad participaron de la última marcha de los padres de la escuela especial Nº 11 que reclamaban un edificio propio. Y cumplieron con la premisa que marcaron el 27 de junio del año pasado: "la última marcha será en las bases". Y así lo hicieron, porque ya lograron su objetivo.
La escuela especial de Sierra Grande carga en sus hombros 28 años de lucha. Primero por la construcción de una escuela propia y luego porque se reunieran las condiciones óptimas de ser habitada por niños con discapacidades.
Desde el 2000 funciona en una ex clínica que el gobierno provincial alquiló después que la justicia clausuró el viejo edificio del ex hospital porque se caía a pedazos. El edificio es mas confortable pero no óptimo para que niños con capacidades diferentes se formen y rehabiliten. Aulas pequeñas, sin patio, espacios estrechos para salas especiales conforman el panorama. Mariela Díaz es madre de Flor que tiene 10 años y Sara Liberini, de Pablo que tiene 33, ambos alumnos de la escuela.
La primera hace poco que lucha aguerridamente por el edificio, la segunda hace 28 que lo hace sin pausa. Ayer compartieron la alegría de escribir esta nueva etapa. Junto a un centenar de vecinos el viernes soltaron globos y vieron una proyección de fotos en el obrador donde ya están las bases del futuro establecimiento.
Los trabajos de construcción de las nuevas instalaciones tienen un plazo de ejecución de 360 días y el costo será superior a los 4,7 millones de pesos.
Según los planos, el nuevo edificio contará de un aula para niños hipoacúsicos; otra para niños con discapacidades motoras de mayores dimensiones; aulas para todos los niveles; sala de estimulación temprana y una sala donde funcionará la biblioteca y computación, entre otras necesarias dependencias.