BRASILIA (AFP/Télam).- Treinta y nueve de los 81 senadores brasileños firmaron ayer un manifiesto para reclamar el alejamiento de su cargo del presidente de la cámara alta, el ex mandatario José Sarney, acusado de casos de corrupción administrativa.
"El primer paso para iniciar la recuperación de la dignidad del Senado es la investigación con credibilidad de las denuncias en su contra", dice el texto de los senadores que fue leído en el recinto de sesiones del cuerpo y dirigido a Sarney, cuyo partido el centrista PMDB es un aliado clave para Lula en el Congreso.
Una licencia de la presidencia del Senado por parte de Sarney "sería un gesto histórico en defensa del Senado y de su biografía personal", señala la nota.
En la carta, leída por el senador Cristovam Buarque, del centroizquierdista Partido Democrático Laborista (PDT), se sostiene que "la paz no llegará al Senado porque Sarney es defendido por personas que quieren destruir y en la política, no en la historia".
La referencia, entre otros, fue hacia el senador Fernando Collor de Mello, quien en 1992 renunció a la presidencia de Brasil por denuncias de corrupción.
Sarney, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), la mayor fuerza política del país y principal aliada parlamentaria del presidente Luiz Lula da Silva, resiste las acusaciones por corrupción administrativa y logró esquivar cuatro acusaciones el lunes, ante el consejo de ética de la cámara alta.
El Senado brasileño vivió el miércoles otro día de duras discusiones en medio de una de sus peores crisis políticas.
Dos legisladores se cruzaron fuertes insultos, la tevé oficial suspendió la transmisión y un senador opositor el legislador Demóstenes Torres concluyó: "Somos una banda de figuras que vienen aquí con el único interés de enriquecerse, olvidando" el interés público. "¿Cuál es la imagen que tenemos ante la sociedad? ¿Para qué existe el Senado?", se preguntó Torres, del partido Demócratas.
El senador habló luego de una sesión en que dos congresistas intercambiaron insultos en el plenario, y la TV Senado suspendió su transmisión. Renán Calheiros, jefe del bloque de senadores del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), dijo a su adversario Tasso Jereissati que había desviado miles de dólares para pagar el combustible de su jet privado, y lo llamó "coronel de mierda", informó el diario O Globo. "Coronel" en la jerga política local es la expresión que refiere a los caciques de la región noreste, la más pobre del país.
Por su parte, Jeressati, del partido opositor Socialdemócrata (PSDB), contraatacó: "No apunte ese sucio dedo contra mí".
Sarney aseguró que "ningún senador está por encima de otro y por eso no puede exigirme que cumpla su voluntad política de renunciar". Además, subrayó que "evalué las críticas como un proyecto político y una campaña para desestabilizarme" y que no cometió "desvío ético".
El centro de la crisis está en centenares de decisiones secretas en el último decenio que generaron abusos con dinero público y concesión de cargos en el Congreso, en varios casos beneficiando a familiares de Sarney.
La prensa tuvo un papel activo revelando entre otros hechos, una donación de la estatal Petrobras, parte de la cual fue a parar a firmas vinculadas a la familia Sarney, favorecer a un nieto con créditos del Senado, intermediar por un empleo para el novio de su nieta y la existencia de cuentas secretas.