BAGDAD (AP).- Un ataque suicida con coche bomba destrozó ayer una mezquita chiíta en el norte de Irak, parte de una serie de ataques que dejaron por lo menos 51 muertos entre peregrinos y feligreses de esa rama islámica, dijeron la policía y funcionarios de salud.
Fue el segundo día con más muertes en el país desde que las fuerzas estadounidenses dejaron la seguridad urbana en manos de los iraquíes hace más de un mes. Los ataques despertaron temores de que los insurgentes desean reanudar la violencia sectaria que casi llevó al país a la guerra civil en el 2006 y el 2007.
El ataque más mortífero ocurrió en Rashidiya, una aldea al norte de Mosul, donde un vehículo cargado de explosivos y estacionado cerca de una mezquita chiíta mató por lo menos a 38 feligreses que abandonaban las plegarias del viernes, dijo un agente policial en Nínive que pidió no ser identificado.
La explosión demolió la mezquita y varias casas cercanas, y dejó a decenas de fieles y vecinos atrapados bajo los escombros. Rescatistas y habitantes de la zona se unieron para buscar a los sobrevivientes y retirar los cuerpos de entre los escombros. Había unos 200 heridos, dijo la policía.
La mezquita era usada por integrantes de la minoría de los turcomanos chiítas. Cargada de tensión, Mosul es considerada por EE. UU. el último reducto urbano de Al Qaeda en Irak, que suele usar atentados suicidas con coches bomba en sus ataques.
Testigos del ataque dijeron que los explosivos al parecer estaban escondidos en bolsas blancas usadas para transportar grano y que las bajas fueron elevadas porque había un funeral en la mezquita además de las plegarias del viernes. "Puedo decir que todas las casas en esta humilde y pequeña aldea fueron afectadas e incluso los vidrios de automóviles que estaban lejos se quebraron por la fuerza del estallido´´, dijo Jaafar Mohammad, cuyo tío murió en el atentado. "El camión estaba cargado con cantidades enormes de explosivos´´. El gobernador de la provincia de Nínive, Atheel al-Nujaifi, dijo que muchos de los heridos estaban graves y culpó a las fuerzas iraquíes por no proteger el área. Horas más tarde, una motocicleta cargada con explosivos explotó al paso de una patrulla de la policía cerca de una fila de gente que esperaba comprar pan, matando a 6 personas e hiriendo a 30.