ROCA (AR).- Los nombres casi lo dicen todo. Martirio y Consuelo. Ellas dos, dos ancianas que comparten más el encierro y la tragedia que la vida que les queda, son las protagonistas de "Lombrices", la obra que hoy, a las 22, estrenará el Elenco de la Comedia de la Fundación Cultural Patagonia, dirigida por Olga Corral, en el Auditorio de Ciudad de las Artes, Rivadavia 2263.
Los protagonistas de esta comedia -con tintes de humor negro- son Heber Marco y Maximiliano García, sabiamente transformados, luego de una hora y media de trabajo y gracias a los maquillajes que Heber maneja a la perfección, en dos ancianas. Y allí reside parte del secreto de la comedia.
La obra fue escrita por Pablo Albarello, un joven dramaturgo y actor argentino que fue premiado por este texto que hoy sube a escena aquí en Roca. Fue él mismo el que sugirió que los protagonistas de la pieza debían ser hombres en lugar de mujeres.
Olga Corral, la directora, y Oscar Cayón, el asistente de dirección y encargado del diseño de iluminación, tienen una explicación a esta elección. "El autor, lo que quiere mostrar es lo grotesco de estos personajes. Y el distanciamiento que genera que sean dos varones, aún cuando siga siendo un tema angustiante, permite que haya humor", dicen ellos.
En pocas palabras, la obra cuenta la historia de estas dos mujeres, que comparten un departamento. En realidad, Martirio se le instaló en la casa a Consuelo, y desde entonces, parecen condenadas a compartir lo que les queda. Y lo comparten como pueden, torturándose una a otra, con momentos saturados de delirios y de nostalgias por un pasado mejor. Pero en medio de eso, el edificio comienza a incendiarse, y ellas, ajenas como están a todo y encerradas como quiere estar, ni siquiera se enteran.
Maximiliano García es el encargado de ponerse en la piel de Consuelo. "Ella es una solterona romántica que viven viendo novelas. Siempre estuvo enamorada del marido de Martirio, Rufino, que ya murió. Convive con su amiga que, de alguna manera, también es su enemiga", explica el actor.
Heber es Martirio. Y según él, su personaje "tiene momentos de absoluta lucidez y otros de divague. Es el personaje más duro de la obra. Está todo el tiempo haciendo sentir inferior a su compañera".
Así, esta obra se interna en esa relación que no hace más que mostrar, a veces con toques de comedia, a veces de tragedia, que las lombrices de la muerte están llegando a la casa de esas dos mujeres.