El infierno está encantador en Avellaneda: ha vuelto el goleador del último rojo campeón, aquel del 2002 que estaba bajo la batuta del mismo que calza y viste hoy como DT.

El Rojo está en llamas porque Néstor Andrés Silvera está otra vez en Independiente. El Cuqui, el que querían todos después de su negativa a seguir en Boedo (Vélez, River, entre otros), privilegió volver a un club cuyos hinchas aún conservan su figura en el sitial de los elegidos.

La partida del Rolfi Montenegro, máximo artillero rojo en el Clausura, y la poca efectividad en el torneo pasado de Leonel Núñez, Darío Gandín y otros delanteros rojos, preocupó al Tolo de cara al Apertura. Y más allá que la pretemporada le está haciendo bien al "Gordo" y al "Chipi", hoy por hoy las primeras opciones ofensivas del DT, la llegada de Silvera entusiasmó a Gallego quien en los días previos le pidió lo imposible a los dirigentes para que intenten traer al delantero que jugó las últimas dos temporadas en San Lorenzo.

"Siempre estuvo en mi mente porque me hizo salir campeón, es un goleador, un buen pibe y eso es importante", dijo el Tolo sobre el arribo del Cuqui.

Silvera es el cuarto refuerzo del conjunto de Avellaneda, aunque todo quedará definido cuando el Cuqui firme su contrato (sería por dos años), previa desvinculación de San Lorenzo. Independiente le pagará a la entidad de Boedo 650 mil dólares y con eso el "Ciclón" cancelará la deuda con el jugador y además le quedará dinero. En la reunión entre dirigentes y el representante del futbolista, Daniel Mandarino, se descartó un vínculo por objetivos y finalmente será mediante sueldo y primas.

El delantero chubutense se suma entonces a Walter Acevedo, Luciano Vella y Walter Busse en el rubro incorporaciones. Y si el campeonato comenzará hoy, Independiente podría contar con sus refuerzos ya que ayer al mediodía la dirigencia roja pagó en Futbolistas Argentinos Agremiados, la deuda que había con Damián Luna y Emanuel Centurión, y el club levantó las inhibiciones.