El ex presidente estadounidense Bill Clinton abandonó Corea del Norte en la mañana del miércoles junto con dos reporteras norteamericanas, concluyendo así con éxito su misión de convencer a Corea del Norte para que liberara a las dos prisioneras.
Clinton reavivó las esperanzas de reanudar el estancado diálogo con Corea del Norte sobre el desarme nuclear por medio de una osada táctica que incluyó una "exhaustiva conversación" con el solitario "querido líder" Kim Jong-il.
Los observadores comentaron que la cobertura televisiva de Kim y Clinton aclaró por qué Corea del Norte estaba dispuesta a liberar a las reporteras, que llevaban recluidas desde marzo por supuestamente penetrar clandestinamente en territorio norcoreano desde China. El material aportado por la televisión norcoreana mostró a funcionarios sonrientes que saludaban a un Clinton también sonriente y a las dos mujeres liberadas.
Cheong Seong-chang, del Instituto Sejong, afirmó que la visita de Clinton fue un juego en el cual las dos partes "sólo podía salir ganando", dado que Estados Unidos logró liberar a sus periodistas y Kim demostró que sigue llevando las riendas a pesar de sus problemas de salud.
Aunque Kim apareció considerablemente delgado, las escenas en que mostraba su radiante sonrisa y vitalidad desenfadada con Clinton probablemente acallen las crecientes especulaciones de que padece una grave enfermedad. "En la cena con Clinton, Kim demostró que está en condiciones de conversar durante horas con él", dijo Yang Moo-jin, un profesor universitario surcoreano de estudios sobre Corea del Norte.
Los observadores afirmaron además que el lenguaje corporal de Kim y su séquito reflejó claramente el deleite por la oportunidad de enmendar los frágiles lazos con Estados Unidos antes de que pudieran ultimar un plan para la sucesión de Kim y un programa de reestructuración económica. "La inusual hospitalidad que Corea del Norte brindó a Clinton podría ser una señal de la desesperación de Corea del Norte por reducir tensiones y mejorar los lazos con Estados Unidos", señaló un diplomático surcoreano.
La supuesta buena disposición a mejorar las relaciones con Washington está fundada en la creciente necesidad de Pyongyang de ayudas exteriores para respaldar una campaña de reestructuración económica. El líder comunista de Corea del Norte ha prometido a los 23 millones de personas en el país que revitalizará la renqueante economía para el 2012, coincidiendo con el 70º cumpleaños de Kim Jong-il. La desesperación norcoreana puede estar relacionada también con el cambio de actitud de China hacia su aliado. Pekín ha reducido notablemente sus muestras de simpatía hacia Pyongyang desde que Corea del Norte puso a prueba la paciencia mundial con el lanzamiento de misiles y la detonación de un artefacto nuclear en los últimos meses. Se cree además que el régimen tiene interés en mejorar las relaciones con Estados Unidos antes de que se anuncie oficialmente que el hijo más joven de Kim Jong-il, Kim Jong-un, está dispuesto a suceder a su debilitado padre.
Pese a todo, pocos analistas esperan que la liberación de las dos periodistas estadounidenses vaya a provocar una distensión inmediata de las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte. "Las diferencias persisten en torno a si Corea del Norte debería obtener el estatus de país con capacidad para poseer armas nucleares. Corea del Norte lo desea desesperadamente, pero Washington no tiene intención de garantizarlo", dijo un funcionario del gobierno en Seúl, también bajo anonimato.
Por su parte, Washington ha minimizado los acontecimientos. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, desmintió la afirmación de Corea del Norte de que Clinton transmitió un mensaje verbal del presidente Barack Obama. En cualquier caso, los analistas creen que Corea del Norte ha obtenido una victoria propagandística gracias a las escenas televisadas con Clinton y las periodistas sonriendo en Pyongyang, que han contribuido a suavizar la mala imagen del gobierno comunista.
El profesor Koh Yu-hwan, de la Universidad Dongguk, cree que "no habrá un vuelco rápido ni radical en las relaciones únicamente a causa del viaje de Clinton, pero Corea del Norte podría comenzar a tender una rama de olivo sin incrementar aún más las tensiones", dijo Koh. "Llevará tiempo, pero el viaje aparentemente ayudará a crear un nuevo estado de ánimo para el diálogo", añadió.
(DPA/AFP)