Jueves 06 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Coartadas hechas trizas

CIPOLLETTI (AC).- María Eva Parada había dicho en su defensa que aquella tarde del 5 de marzo de 2008 habían consumido cocaína y que ella no sabía que su ex pareja, Walter Esquivel Villar, iba a robar junto al "otro chico", al que desconocía. Esquivel Villar declaró que sólo quería robar y que los disparos se le escaparon cuando tropezó y Víctor Contreras directamente negó haber estado en "La casa del polietileno". Pero el tribunal no le creyó a ninguno de los tres.

En el caso de Parada expresó, entre otros argumentos, que el consumo "enunciado" de droga resultó contradictorio "con la lucidez que primó en su obrar desde que salió de su morada hasta que regresó a ella".

"Sabía que Esquivel disponía de armas y lo había visto con ellas. Pudo no haber sabido que éste llevaba una en la ocasión, pero a dicha afirmación se le superpone la mendacidad antecedente; es más, cuando su amigo inició el asalto, lo primero que hizo fue esgrimir un arma, que fue con la que encañonó a (Manuel) López y ésto no le pudo pasar desapercibido".

Tampoco creyeron los jueces en los dichos de Contreras, por los "concretos" reconocimientos que realizaron el hermano y el amigo de Martín López, quienes también fueron víctimas. Manuel López y Víctor Velázquez señalaron sin dudar a los tres acusados como autores del asalto.

Y destrozaron la coartada de Esquivel Villar cuando dijo que los disparos fueron accidentales. Tomaron en cuenta las consideraciones médico forenses que detallaron cómo fue el recorrido de los proyectiles que impactaron en la víctima y la distancia. Entendieron que el primer disparo fue cuando Esquivel estaba "de pie y no agachado" y el segundo cuando la víctima estaba cayendo.

"En esas condiciones, es evidente que el arma no se disparó accidentalmente, sino por la pulsión deliberada de su gatillo", remarcaron.

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