TEHERÁN (AFP) - El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, pronunció ayer ante el Parlamento un firme discurso de investidura en el que prometió cambios importantes, mientras el líder opositor Mir Hossein Mousavi anunció que su movimiento continúa a pesar de los arrestos.
"La epopeya de la elección presidencial del 12 de junio es el inicio de cambios importantes en Irán y en el mundo", aseguró el presidente ultraconservador en la ceremonia de juramento boicoteada por numerosas personalidades de la oposición que lo acusan de fraude.
"Resistiremos a los (países) opresores y vamos a seguir actuando para cambiar los mecanismos discriminatorios en el mundo, en beneficio de todas las naciones", declaró Ahmadinejad, quien también señaló que no le preocupa la decisión de Washington y de otras capitales occidentales de no felicitarlo.
"Dijeron que reconocen la elección, pero que no mandarían mensaje de felicitación. Esto significa que quieren la democracia sólo cuando conviene a sus propios intereses y no respetan los derechos de los pueblos", estimó.
La mayoría de los diplomáticos extranjeros, sobre todo europeos, asistieron a la ceremonia. La Casa Blanca reconoció que Ahmadinejad es el presidente "electo", pero indicó que no tenía intención de felicitarle por su investidura.
En Kenia la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton dijo que Estados Unidos admira a la oposición reformista al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad.
Varias personalidades del régimen iraní no asistieron a la ceremonia, entre ellos el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani, que preside dos instituciones clave para el poder,
El candidato reformista Mehdi Karubi, ex presidente del Parlamento, y el ex presidente reformista Mohamad Khatami, así como el líder del movimiento de protesta el candidato derrotado Mir Hossein Mousavi, tampoco estuvieron presentes.