Fiel a su costumbre, Diego Maradona no titubea. Habla. Dice cosas, ataca desde la dialectica. Escucharlo decir que su equipo saldrá decidido a atacar a Brasil desde el minuto cero es un discurso bien suyo. Maradoniano.
"Vamos a salir a atacar a Brasil. Sabemos que jugamos contra ellos, pero Brasil también sabe que enfrente está Argentina´´, señaló el entrenador acerca del partido del 5 de septiembre.
Maradona se mostró convencido de que el aliento del público local también será vital porque "vamos a hacer pesar que estamos con nuestra gente", en ese partido que se jugará en el estadio de Central, una de las pujas que ganó el técnico junto a sus jugadores, cuando del otro lado se paró la dirigencia de River.
"Presionaremos en todos los sectores para incomodar a Kaká y Robinho, no dejarlos salir con espacios. Y cuando tengamos la pelota, jugar y tener precisión´´, señaló el 10, que luego agregó: "Tenemos la gran chance en nuestro país de poder meternos en la clasificación, lo saben los jugadores, los hinchas y los dirigentes. Tenemos esa gran posibilidad en nuestras manos y la vamos a pelear con todas nuestras fuerzas´´, aclaró.
Del próximo amistoso ante Rusia dijo que será "muy en serio, un partido chivo" e informó que le pedirá al seleccionador ruso hacer todos los cambios posibles para darle "45 minutos a cada jugador. No quiero arriesgar en absoluto para el partido contra Brasil. A nosotros se nos lastima un jugador y es dar mucha ventaja´´.
Maradona juró ante la prensa que "jugar en Rosario no es un logro personal", y remarcó que fueron sus dirigidos quienes pidieron salir de El Monumental.
"Esto no viene de ahora, hay muchos informes de jugadores en la época de Bielsa que ya decían que no querían jugar en River, sí jugar en Rosario", dijo Diego.
"No tengo nada que ver, yo pedí una cancha seria. Hablaron los jugadores, pidieron cambiar de escenario y Grondona buscó la alternativa de Rosario", terminó.