A los 19 años, Joel Tenenbaum recibió una acusación por bajar música de la red. Pero nunca imaginó que seis años después, esa acusación se convertiría en una condena de un tribunal federal de los Estados Unidos. Ahora, a los 25 años, este estudiante de Física deberá pagar 675.000 dólares por bajar 30 canciones de la web, compartirlas y distribuirlas ilegalmente.
Tenembaum deberá pagar esa suma a cuatro compañías discográficas. Así, este estudiante, que está haciendo un doctorado en Física, se convirtió en la segunda persona del mundo en enfrentar ese cargo ante la ley. La primera fue Jammie Thomas Rasset.
El demandante es Riaa (Asociación de la Industria Musical de Estados Unidos), que representa a 1.638 compañías de grabación y comercialización de música. Entre sus miembros están Warner, Universal, Sony, BMG Ariola, Emi y HBO/WEA.
Pero las cosas cambiaron desde que Riaa envió la primera notificación. Seis años atrás, Riaa solicitaba 3.500 dólares como toda compensación. En aquel entonces, Tenembaum ofreció sólo 500 dólares y envió un cheque que la asociación no aceptó y devolvió.
Entonces, las partes iniciaron una serie de demandas y contrademandas. Y Joel consiguió que un grupo de estudiantes de derecho de Harvard lo apoyara.
El fallo del juez del Tribunal Federal del Distrito de Boston dice que Tenenbaum infringió de forma "deliberada" los derechos de autor, no de siete canciones que se pensaban en un inicio, sino de 30, que descargó y compartió por P2P.
"Hasta cierto punto, tengo miedo de escribir esto -escribió Tenenbaum en un blog-. Aunque ya han confiscado mi computadora y copiado mi disco duro, nada me garantiza que no lo hagan otra vez. Desde hace cuatro años me han amenazado, demandado, forzado a rendir declaración a mis padres, hermana y amigos y a mí mismo dos veces. Lo que me espera puede ser una multa que puede llegar a 4,5 millones dólares. En el único caso similar al mío que llegó hasta la Corte, el veredicto del jurado fue una multa de 1,92 millones para la parte demandante. Cuando analizo esto, tengo que recordarme a mí mismo por qué estoy siendo juzgado: ¿por fraude bancario? ¿Por robar un casino? ¿Por ataque cibernético al gobierno? No. Compartí música. La reacción de toda la gente a la que le he explicado esta historia es siempre la misma: estupor, sorpresa, e indignación. ´¿Y cómo te descubrieron´, me preguntan. Entonces explico que hay 40.000 personas en mi situación, y que fuimos escogidos de un grupo de millones de personas que hacen lo mismo: compartir música", dijo él.
Pero sus argumentos no convencieron al tribunal. Tenenbaum quiso presentarse como un pequeño héroe de la resistencia a las empresas discográficas, como un insignificante ciudadano que se descargó canciones para uso personal. Pero la industria está en crisis. Y la piratería es el blanco. (Agencias)