¿Será niño quién tiene menos de un metro y medio de altura?
¿Quién está en la edad considerada para pertenecer al jardín y escuela primaria?
No señor, no señora, esas condiciones no hacen que una persona se considere infante.
Un niño es un ser en desarrollo. Una persona con un potencial único e inigualable que le fue dado genética y hereditaria y que el medio en el cual vive lo condiciona. En el medio intervienen: dónde nació; ya que no es lo mismo nacer en Nueva York que en India o Madrid, la cultura es diferente. También influyen el modo de relación con papá (ausente o presente) mamá, hermanos, abuelos, tíos, primos, etc. La escuela, sus características, sus amigos y el modo de relación.
Con lo genético o hereditario podemos hacer poco pero sí por suerte con el medio.
Un niño no es tal sólo por tener pocos años de vida.
Hay un niño cuando existe un adulto que lo mire como tal.
Lo es si es cuidado en sus derechos. A jugar, a comer, a tener no sólo un nombre y apellido sino que se lo respete. Que se lo trate con dignidad y conciencia de saber que aquello que los adultos les decimos los marcan, casi como una sentencia.
Un niño escucha cómo se habla de él, si se lo maltrata o se le explica con cariño.
También un niño aguarda un límite que le diga hasta dónde puede ir. Al igual que una señal en la ruta. Que esté señalizada una curva puede evitar un accidente. Un límite no es la marca de un cinturón en la espalda, ni un encierro a oscuras en un baño. Eso será tortura.
Un niño debe tener responsabilidades de niño, a saber: jugar, hacerse responsable de sus juguetes sin importar el costo del mismo.
A respetar a quienes lo rodean. Pero comenzando con él. Por lo tanto debe estar limpio y bien alimentado. Debe comenzar a conocer las sensaciones de su cuerpo y actuar al respecto: abrigarse, desabrigarse, saber cómo vestirse, desvestirse. Saber cuidarse de los demás y aprender a decir NO.
Los niños no son responsables de sus hermanos más chicos ni de las peleas de sus padres. Del abandono de uno de los progenitores ni de la pérdida de un trabajo.
Los niños deben razonar, sentir, expresar a través de la palabra aquello que les sucede.
Jugar. Y el juguete no es sinónimo de felicidad ni de costoso.
Y el juguete no siempre implica juego. El día del niño no debería ser el juguete más costoso. Propongo el día del juego.
El juego para estar entre más de uno. Para compartir un rato. Imaginando estar en la cabecita de los niños podría escuchar decir… vení a jugar conmigo, porque cuando lo hacés me mirás y te miro…cuando lo hagas te recordaré por siempre, te agradeceré por haber dejado eso tan importante para vos para estar conmigo. Vos, que sos tan importante para mí.
Deseo un feliz día y una respetable vida para nuestros niños.