| El coronel Héctor Silva, uno de los principales mandos policiales en la zona, insinuó que en el hecho también murieron algunos de los atacantes, de los que se presume que son miembros del grupo ultraizquierdista, según reportó la agencia alemana DPA.
"Los atacantes no lograron tomar la base. Los efectivos tuvieron una respuesta fuerte y contundente y ellos inmediatamente tuvieron que replegarse y cargar a sus muertos y heridos", dijo Silva.
El ataque, que elevó a más de 50 el número de soldados o policías muertos en los últimos seis años en el selvático valle de los ríos Apurímac y Ene, comenzó hacia la medianoche del sábado, cuando un número no precisado de irregulares atacó la base, a cargo de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales de la Policía (Dinoes).
El tiroteo se prolongó durante al menos una hora y los policías, en palabras de Silva, ofrecieron una "feroz resistencia".
Los "narcoterroristas", como llaman el gobierno y los militares a la alianza entre senderistas y narcotraficantes, utilizaron diversos tipos de armas de fuego y granadas.
El objetivo era según fuentes policiales apoderarse de la base, lo que no lograron a pesar de que alcanzaron a destruir el parapeto de trinchera.
En la acción murieron los suboficiales Javier Fernández, Prudencio Laurico y Giuseppe Carloto, todos de la Dinoes, así como la esposa y la suegra de éste último, Marylin Tineo y Milagros Acero, respectivamente, quienes habían ido a visitarlo.
Otros tres policías resultaron heridos de consideración y fueron evacuados a hospitales cercanos. Según versiones periodísticas, en la base había en el momento del ataque unos 30 uniformados, la gran mayoría de ellos de la Dinoes, un cuerpo de élite.
Tropas de la Policía y el Ejército llegadas como refuerzo desde puntos vecinos salieron en persecución de los atacantes, pero hasta el anochecer no se reportaban contactos.
San José de Secce, en la parte selvática de la provincia ayacuchana de Huanta, es punto recurrente de traslado de drogas y en sus alrededores operan tanto mafias del narcotráfico como miembros del frente de Sendero que lidera Víctor Quispe Palomino, alias José.
En ese valle, en general, se concentran los mayores problemas de ese tipo en el Perú, por lo que las Fuerzas Armadas han levantado allí bases provisionales. Cálculos de inteligencia señalan que José cuenta en la zona con entre 300 y 600 hombres que forman alianzas con mafiosos que trabajan para abastecer a cárteles mexicanos.
El ministro del Interior, Octavio Salazar, y el director nacional de la Policía, general Miguel Hidalgo, se desplazaron hasta la zona para coordinar acciones. Télam | |