VIEDMA.- La estrategia gubernamental y política reunirá el viernes a los intendentes justicialistas en Guardia Mitre. Acordarán una posición definitiva frente al diálogo que el gobierno iniciará esta semana, pero la misión interna más difícil radica en relajar hasta el año próximo las ansiedades y tensiones de las precandidaturas de Carlos Soria y Miguel Pichetto.
La Liga se reunirá en Guardia Mitre para reafirmar su mandato de negarse a participar del diálogo si el encuentro no incluye al gobernador Miguel Saiz. Últimamente esos mandatarios reafirmaron esa idea pero, además, desdramatizaron el hecho de que esa audiencia no se concrete.
En la relación con la provincia, los intendentes del PJ tienen una exclusiva urgencia: el cumplimiento de las transferencias de coparticipación. Les adeudan gran parte de abril y, después, comenzó con el goteo diario, dejando pendiente el 40 por ciento de lo que representan las liquidaciones finales de junio y julio.
Esta situación se le planteó el martes al ministro del Interior, Florencio Randazzo, a quien incluso se le requirió que la Nación condicione su auxilio financiero a la provincia al cumplimiento de esos aportes. "Sólo queremos nuestros recursos", insiste el presidente de la Liga, Juan Domingo Garrone. Randazzo prometió su intermediación ante los funcionarios rionegrinos.
Durante la semana, esos intendentes insistieron en el reclamo de sus acreencias, aunque destacaron que no pondrán ningún obstáculo en la ayuda nacional a la provincia.
Partícipe en el encuentro con Randazzo, el senador Miguel Pichetto reiteró que "apoyarán todos los auxilios a Río Negro" y "no están en ninguna desestabilización", reclamando el "compromiso provincial en las transferencias de la coparticipación y del fondo sojero".
El posicionamiento de la Liga frente al llamado al diálogo gubernamental se reanalizará el viernes, aunque los jefes comunales insisten en que no concurrirán si no está Saiz.
"Bueno ya está, si no quiere recibirnos. Será su estilo de gobierno", desdramatizó el reginense Luis Albrieu.
En Buenos Aires, estos intendentes del PJ se esforzaron en reuniones y contactos para aquietar los intereses de Soria y de Pichetto. El debate de la candidatura del 2011 -aseveran- deberá esperar hasta el año próximo.
El senador y el intendente roquense participan de esos plazos, pero sus pasos individuales después originan celos y reacciones en sentido contrario. La fuerte gestión de Pichetto consolida sospechas ajenas mientras que las maniobras intempestivas y autónomas de Soria amontonan malestar en el otro sector interno.
Los intendentes aseguran que la postergación de esa puja ofrecerá un plano favorable extraño a su vida política: el uso y la ventaja de las debilidades del propio oficialismo. (AV)