Al Sr. obispo de Neuquén, Marcelo Melani.

A través de la presente queremos hacerle llegar nuestro saludo y referirnos a la situación particular que atraviesa hoy como máxima autoridad de la Iglesia neuquina en su relación con las autoridades del Vaticano. Esta carta es de absoluta solidaridad y reconocimiento a la Iglesia de Neuquén y al rol que en el campo político y social ha cumplido convirtiéndose en un pilar donde se han sostenido numerosas causas populares.

Es conocida por usted nuestra posición crítica hacia el rol de la Iglesia Católica como institución y hacia la colonización religiosa que tuvo como destinatarios cientos de culturas del continente y también en nuestro país, así como le consta que hemos denunciado y denunciaremos toda actividad religiosa que no respete un marco de relación y de reconocimiento de nuestra cosmovisión milenaria, que es medular para nuestra proyección cultural con plena identidad.

Sin embargo, todos los que conocen nuestro desarrollo organizativo de las últimas dos décadas saben que desde el rol inolvidable del obispo Jaime de Nevares tuvimos en el Obispado de Neuquén y las pastorales aliados insustituibles, de la misma manera que cada organización social que surgió en la época oscura de la dictadura junto a nosotros tuvo resguardo político en la Iglesia neuquina.

Por esa razón, nos parece coherente que autoridades del Vaticano que han sido el sostén espiritual del pensamiento más retrógrado de la humanidad sean las que lo cuestionan y pretenden sancionarlo, estimado obispo Melani. El recuerdo más cercano que tenemos de su testimonio como obispo de esta Iglesia ejemplo en la institución católica es aquel de cuando marchó tomado del brazo de nuestras autoridades originarias (logko y werken) en el 2007 hacia la Convención Constituyente que pretendía eliminar jurídicamente al Pueblo Mapuce de la nueva Constitución. Sólo la autoridad moral de nuestros logko y su propia autoridad, junto al Nobel de la Paz y nuestro amigo Pino Solanas, impidieron aquel objetivo nefasto del gobierno de ese momento. Desde entonces, usted quedó incorporado a uno de los hitos más trascendentes de nuestra historia como Pueblo Mapuce.

Por eso queremos reiterar nuestra solidaridad, nuestro compromiso con usted, y alentarlo en su testimonio como autoridad de la Iglesia neuquina, para que no transe ante los que lo agreden. Estos sectores que lo condenan son los que quieren ir contra la evolución humana, que avanza hacia un mundo en que la diversidad cultural será la base para un nuevo Estado y una nueva sociedad.

Werken Jorge Nahuel

DNI 12.648.791

Neuquén