La noticia sobre el aplazamiento de la Convención Municipal, convocada para reformar la Carta Orgánica de San Martín de los Andes, casi carece de "novedad", que es uno de los primeros palotes que se enseñan en las facultades de periodismo como factores noticiables. Informar sobre la última suspensión era como titular en tapa un 25 de diciembre: "Hoy es Navidad".
La Constituyente debió sesionar en diciembre de 2008, pasó luego a marzo de 2009, más tarde a agosto y ahora a febrero de 2010. Ya a poco de las elecciones de octubre de 2008 se vislumbraba la sucesión de postergaciones, por la probable razón de la falta de presupuesto.
Digo probable, porque puestos a jugar con teorías conspirativas, algunos en la oposición creen que la plata no está porque el MPN gobernante no tiene asegurado el control de la Constituyente (logró el mayor número de bancas, pero son seis sobre veinte).
Poniendo la mirada sólo en los hechos, lo cierto es que la Convención ya venía de un mal parto. Hacienda le fijó 225.000 pesos como partida, luego de un olvido inexplicable, que suena más bien a sospechoso fallido. Cabe preguntarse qué tanta importancia tenía para el Ejecutivo, si a la primera de cambio se olvida de incluir la Constituyente en el Presupuesto.
En efecto, el secretario del área primero se olvidó la partida en el cálculo de gastos y recursos 2009, lo que fue subsanado con un segundo proyecto por advertencia de los concejales. Luego, los ediles aprobaron los exiguos 225.000.
Pero más tarde, los electos convencionales caerían en la cuenta de que ese dinero apenas alcanza para dos meses, cuando deberían sesionar cuatro. Y aún falta un dato clave para entender el asunto...
La ordenanza de 2004, que declaró la necesidad de la reforma de la Carta Orgánica y el llamado a elecciones, exhibe una omisión inconstitucional: no especifica las dietas. Por tanto, a sabiendas o no, el Legislativo de entonces dejó el presupuesto de la Constituyente al arbitrio de la Intendencia. En este punto conviene recordar que hasta la mismísima
elección también estuvo demorada casi cuatro años, por un entredicho sobre el número de cargos a elegir, que saldó el Tribunal de Justicia. Como fuere, ni con la Constitución provincial anterior (artículo 187) ni con la reformada y aprobada en 2006 (artículo 276), se corrigió la omisión. La ordenanza dicta el plazo para sesionar pero no fija las remuneraciones de los convencionales, como manda la Constitución. En consecuencia, es ocioso discutir si debían ser 225.000 ó 1.000.000 de
pesos los agregados al Presupuesto, si el componente básico del gasto, cual es la paga de los constituyentes, era ignorado. Conviene recordar que hasta el día del comicio hubo partidos que proclamaban que sus convencionales no cobrarían un peso.
Como se ve, la Convención tenía un mal de nacimiento, que por fin se corregirá. El consenso es que los convencionales perciban igual paga que un concejal, y eso llevará el gasto a unos 600.000 pesos en el Presupuesto 2010.
Con ese número a la vista y haciendo cuentas, también resulta difícil de digerir que en 58 millones de Presupuesto, que ya proyectan un ejecutado de 66 millones para fin de año, no se hayan podido acomodar unos 400.000 pesos para que la Convención sesionara en este ejercicio.