ROCA (AR).- Con un clima ideal, soleado y sin viento, se realizó ayer una jornada de saltos en paracaídas para pasajeros en el aeropuerto de Roca. Una experiencia inolvidable para quien se anime a caer de 3.000 metros de altura. Personas de todas las edades se suman al atractivo, cada vez más demandado por los más arriesgados.
"Es algo inexplicable, no tiene parámetros, es como una prueba superada", cuenta Daniel Petrecca, sobre la aventura de "volar por un rato" y caer suspendido por el paracaídas. Con 20 años de práctica y más de 1.000 saltos en su haber, el instructor y miembro del Club de Paracaidistas de Neuquén relata que estos "saltos de bautismo" se desarrollarán durante todos los fines de semana de agosto en el aeropuerto Arturo Illia de la ciudad.
La jornada comenzó ayer, con dos valientes mujeres que se animaron a tirarse 1.500 metros en caída libre, lo que dura sólo un minuto, y otros 1.500 con el paracaídas. "La gente se reengancha y hasta piden turnos como regalos para novias o maridos", explica Daniel sobre la creciente demanda que atrapa a padres e hijos, parejas y adultos mayores.
Ni mujeres ni adultos se acobardan. "Tenemos chicos de 17 años para arriba y el otro fin de semana se tiró un hombre de 60 años", cuenta sorprendido el instructor.
La actividad continuará hoy en horas del mediodía y los turnos pueden reservarse al teléfono (0299) 154087323 o al e-mail perezov@yahoo.com.ar .