En medio de la gira que Boca está realizando por Europa, Alfio Basile habló del trabajo de pretemporada, del equipo en formación y de los refuerzos por venir. "Me falta empezar a jugar y empezar a ganar, pero estamos armando el equipo para el 16 de agosto (fecha en la que arrancaría el Apertura). Estoy muy feliz con el plantel que tengo, con la gente, que me quiere. Me imaginaba que iba a volver porque me fui muy feliz. Y volví re contento, está todo igual", comenzó diciendo el Coco al canal TyC Sports.
Luego, se refirió a Rodrigo Palacio, quien fue vendido al Genoa: "Me puso triste que se haya ido, lo quiero mucho. Es un goleador de 0.5 por torneo, algo que lo veo escrito en pocos lados, sin patear penales ni tiros libres. Es muy difícil reemplazar a un jugador así. Cuando lo vi en la gira que hicimos en el 2005 me di cuenta de que era un pichón de crack. Y no me equivoqué".
Mientras espera el arribo de un delantero, Basile aclaró: "Por supuesto que tengo grandes expectativas en Mouche y Noir. A Palacio también lo tenía ahí y una vez lo puse contra Argentinos, hizo un gol y no lo saqué más. Con Mouche y Noir puede pasar lo mismo". Y avisó: "Atrás ya está, salvo que vendan a alguno".
"Salvo que vendan a alguno". Esas palabras de Basile son la clave para que Boca incorpore más jugadores. ¿Qué quiere el Coco: un volante central como prioridad. Un punta y otro zaguero central como alternativas.
Si bien en los últimos días se habló de Darío Cvitanich, lo que el DT quiere antes que nada es un "5". Lo de Ariel Rosada se enfrió porque el ex Boca pidió un dinero excesivo y ahora se habla de Juan Manuel Torres.
Los números de la gira
En Austria, Boca cobrará 75.000 dólares y se ahorrará otros 90.000 por los gastos que le hubiera demandado la espera sin partidos desde el 31 de julio hasta el 4 de agosto, día de su primer amistoso en Grecia. Negocio redondo pactado con el millonario príncipe Starhemberg, vicepresidente del Lask.
En una ciudad con mayoría de fanáticos por el esquí, para el Lask-Boca de mañana por ahora se vendieron 1.000 entradas. No hay fiebre futbolera. El príncipe y el resto de los dirigentes quieren provocarla: hace un año vino Real Madrid y en 2006, Bayern Munich. Hoy le toca a Boca.