¿Qué pasa con la escena del Rock en General Roca?
Básicamente, no pasa nada. La gripe porcina devastó al chiquero del rock. Hay pocas propuestas, pocos organizadores y pocos lugares para tocar.
De ser una pequeña isla cultural, con al menos una vigorosidad variable, Roca pasó a la nulidad.
Obviamente hay excepciones. Algunos bares tienen entre sus propuestas la participación de bandas durante la noche y mantienen un cronograma más o menos regular.
Pero, por supuesto, uno o dos bares no pueden absorber la gran oferta de grupos musicales que tiene la ciudad.
Algunos organizadores, productoras y dueños de locales evitan a las agrupaciones de rock and roll. Sus argumentos: porque no “vende”, porque no es su “target” o por prejuicio.
Sin embargo, el rock (y otras expresiones afines, como el metal, el blues, el punk, etc) ha demostrado largamente que “tiene aguante”. En esta época en que el perreo y el pasito flogger imperan, el Rock es percibido como una expresión atribulada y hasta marginal.
Hay varios factores que han influido negativamente en la escena roquera.
En principio, las políticas se han endurecido para los organizadores. Hoy en día generar un espectáculo requiere mucho dinero. Sin él no se puede afrontar las medidas mínimas exigidas por el gobierno local: Seguro para los presentes, seguridad, bomberos, ambulancias, etc. Claro está que muchos optan por los recitales en chacras o domicilios particulares, pero esto puede significar multas y sanciones en el mejor de los casos.
En segundo término, la influenza “A” devastó lo que quedaba. Las medidas sanitarias afectaron de manera directa a todo tipo de actividad cultural.
Por último, y en otro nivel de análisis, la identidad organizadora se está perdiendo. Esa fuerza vital, ese entusiasmo por generar algo, ese impulso por romper la cotidianeidad propia y la de los demás se ve cada vez más opacada. No sé muy bien a qué se debe esto. Quizás a lo que enumeré anteriormente. Quizás a un cambio cultural.
Un amigo dice que para morir en paz, una persona debe escribir un libro, plantar un árbol y organizar un recital. No sé, ¿pero cuantos de ustedes hoy sienten entusiasmo por generar un poco de ruido alrededor?
Por suerte algunas bandas se agrupan y organizan pequeños recitales. Personalmente prefiero a las bandas ensayando y preparándose para un show, y a los organizadores trabajando en lo suyo. Pero me alegra que tengan iniciativa y decidan organizar sus propios conciertos frente a un contexto vacío.
Quizás lo que hace falta es una organización que agrupe, gestione y proyecte la actividad de las bandas. Un “algo” que genere movimiento y actividad a los grupos. Una especie de gremio que los reúna y que genere, consiga o gestione los espacios para presentaciones.
Seguramente también falta colaboraciones desde el sector privado y el municipal para llevar adelante un proyecto. Lamentablemente si no hay un “pez gordo” en el afiche, la plata no llega tan fácil.
Por ahí no valga la pena gastar pólvora en chimangos y sea más fácil quedarse en casa mirando Gran cuñado.
Sea cómo fuere, pase lo que pase, si organizás algo... avisanos. |