Como ya pasó en Tokio en el 2003, la lotería de los penales cayó en suerte para Boca enfrentando a Milan y con el Pato Abbondanzieri en el arco. Claro que esta vez no estaba en juego la Copa Intercontinental. Ayer, la serie desde los 12 pasos entre ambos equipos dirimió un logro más modesto: el tercer puesto de la Copa Audi que terminó ganándola el anfitrión Bayern Munich, también por penales, sobre el Manchester United (ver aparte).

Como es natural en un equipo que está en plena pretemporada y con entrenador nuevo, Boca tuvo problemas en el control de la pelota y le costó mucho elaborar jugadas de ataque. Pero aún así le alcanzó para empatar el partido (1-1), con un gran cabezazo de Lucas Viatri, a cinco minutos del final lo que le permitó llegar a los penales. El brasileño Thiago Silva, cuando corrían 26´ del primer tiempo, había puesto en ventaja a los italianos.

Y a la hora de la verdad apareció el Pato Abbondanzieri, que al detener dos disparos en la serie (a Andrea Pirlo y Alexander Pato), de alguna manera se vengó de su discreta actuación del miércoles ante el Manchester United.

El desarrollo del partido fue a ritmo marcadamente lento. Boca le dio muchas facilidades para que Ronaldinho manejara la pelota. El Xeneize lateralizó mucho el juego, perdió cuando intentó cambiar el ritmo y pecó de individualismo en el caso de Pablo Mouche, por lo que tuvo pocas oportunidades en el PT.

En el complemento, Basile mandó a la cancha a Riquelme, Medel, Palermo e Insúa, que fue quien metió el centro para el cabezazo de Viatri y fue algo más dinámico que al comienzo. En Boca hizo su debut el lateral derecho uruguayo Adrián Gunino, quien cumplió un buen trabajo y mostró decisión para pasar al ataque, aunque fue pocas veces habilitado.

El siguiente punto de la gira de Boca es Linz, en Austria, donde el próximo lunes tendrá por rival al Lask.