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El gobierno defendió educación sexual | ||
Sileoni replicó las críticas de la Iglesia y dijo que la ley "se debe cumplir" | ||
BUENOS AIRES (DyN).- El ministro de Educación, Alberto Sileoni, advirtió ayer que la ley de educación sexual "no es una opinión, es una ley y hay que cumplirla", al replicar las críticas de la Iglesia a un manual oficial para formar docentes en esta disciplina, considerado por un arzobispo "neomarxista" y "farragoso". En tanto, el ministro de Educación bonaerense, Mario Oporto, calificó de "totalitario y procesista" el tono de las opiniones del titular de la Comisión Episcopal de Educación Católica, arzobispo Héctor Aguer, quien consideró que en las instrucciones para formadores subyace una "imposición totalitaria" de dogmas ateos. Desde la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el cardenal Jorge Bergoglio, respaldaron a Aguer, al asegurar que no se trató de "una posición aislada" ni de su opinión como diocesano, sino como responsable del organismo eclesiástico para la Educación. Fuentes eclesiásticas precisaron que el planteo de la Iglesia "no apunta a los contenidos de educación sexual que se impartirán en las aulas", consensuados en 2007, sino a las orientaciones para la formación docente que, advirtieron, "puede terminar influyendo en el ideario" de cada institución educativa. La controversia entre la Iglesia y las autoridades educativas se suscitó a raíz de un instructivo en educación sexual y prevención del sida, de 302 páginas, editado por los ministerios de Educación y de Salud, que es debatido en las jornadas de capacitación docente. Sileoni reiteró, en declaraciones periodísticas, que "la ley es la ley" y por lo tanto normas como la referida a la educación sexual en las escuelas deben cumplirse, aunque afirmó que los colegios religiosos pueden dar a sus alumnos las orientaciones que deseen. El funcionario reconoció que el instructivo puede contener "posiciones más extremas, que no son necesariamente las que sostiene el ministerio de Educación", y ratificó que la responsabilidad del Estado es "garantizar el derecho de los chicos a recibir educación sexual". Sileoni puntualizó que la cartera educativa va a trabajar sobre tres puntos: abuso infantil, embarazo temprano y enfermedades de transmisión sexual. En tanto, Oporto dijo "no gustarle el tono acusatorio con terminología procesista" utilizado por Aguer. "Acusar con términos como neomarxistas o decir que se fomenta la homosexualidad, es delicado". Por otra parte, el sacerdote Alberto Bochatey, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, defendió los dichos de Aguer, al asegurar que el instructivo oficial tiene "una línea neomarxista", de tono "feminista" que plantea en algunos casos "un empujón a la homosexualidad". El especialista en bioética advirtió que el texto oficial introduce "no ya la dialéctica de clases sociales sino de clases sexuales, algo de lo que Marx no habló, por lo que es neomarxista". | ||
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