Viernes 31 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
Las vacaciones de Máxima

En sus últimos días de vacaciones Máxima Zorreguieta cumplíó con buena parte de su rutina en La Angostura: llegar temprano al Cerro Bayo, subir en la aerosilla doble con el príncipe Guillermo Alejandro, proteger a sus pequeñas hijas con cascos, mantenerlas alejadas de los fotógrafos y almorzar en 180, el restaurante de su hermano Martín en el centro de esquí, con los tres fornidos custodios holandeses y los tres refuerzos de la Policía Federal siempre cerca.

Pero algunas cosas se salieron de lo habitual. Por ejemplo en la mañana del martes, cuando el automóvil que la trasladaba al Bayo pinchó el neumático trasero derecho a unos dos kilómetros del cerro. Uno de los guardaespaldas europeos, con un estridente chaleco naranja, se distanció unos 10 metros del auto y con ambos brazos hacía señas a los conductores que se acercaban para que barajan la velocidad, mientras Máxima y Guillermo observaban parados a un metro del coche cómo cambiaban el neumático.

Ese mismo día, un rato antes la pareja había hecho compras en el local de "La Anónima", de donde el príncipe salió cargando las bolsas.

Más tarde, la familia completa disfrutó de un día a puro sol y nieve en el cerro. (Especial)

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