TEHERÁN/WASHINGTON.- Las fuerzas de seguridad de Irán disolvieron ayer la ceremonia en recuerdo de las víctimas registradas durante las protestas por la cuestionada reelección del presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Varios cientos de personas se habían congregado ante la tumba de Neda Agha-Soltan, la joven muerta hace 40 días durante las protestas. Testigos indicaron que la policía arremetió con bastones contra las personas allí reunidas. También hubo detenciones y las fuerzas de seguridad recurrieron al uso de gas lacrimógeno, agregaron los testigos.
Agha-Soltan murió el 20 de junio a causa de los disparos recibidos en las calles de Teherán, en el transcurso de una manifestación. Su muerte se ha convertido en un símbolo del movimiento de protesta y provocó conmoción a nivel internacional.
Por su parte, Estados Unidos condenó ayer la violencia con la que actuaron los efectivos de seguridad iraníes. "Es particularmente perturbador que las fuerzas de seguridad hagan uso de la violencia para disolver una congregación en un cementerio", declaró hoy el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ian Kelly, en Washington.
Estados Unidos respalda al pueblo iraní que ejerce su derecho universal de la libre expresión, destacó.
La semana pasada, las autoridades habían rechazado la solicitud presentada por el líder de la oposición en Irán, Mir Hussein Mousavi, y Mehdi Karrubi, otro candidato opositor en los pasados comicios, de celebrar una ceremonia fúnebre en la gran plaza para la oración de Mosalla, en Teherán.
Pese a la prohibición, Mousavi y Karrubi querían recordar a las víctimas en el cementerio, acompañando a sus familiares. Las fuerzas de seguridad le impidieron a Mussavi salir de su coche cuando llegó al lugar del funeral, que en la tradición musulmana chiíta se realiza al cumplirse 40 días de la muerte.
Los manifestantes comenzaron entonces a corear "Allah´u Akbar (Dios es grande)" y "Muerte al dictador".
La policía, que realizó un importante despliegue, consiguió dispersar a la multitud en el gran cementerio de Behesht-e Sahra, en el sur de Teherán. Testigos informaron que también se registraron protestas en Isfahan, ciudad situada en el centro del país, donde los manifestantes se reunieron para apoyar a Mussavi.