Piquetes, retención de servicios y quemas de neumáticos en los distintos accesos de la localidad reflejaron hoy las difíciles instancias que viven los trabajadores de las actividades que mayor cantidad de personal convocan en la ciudad (la mano de obra que absorbe el estado municipal y la pesca) y generaron la solidaridad de muchos y el disgusto de otros tantos, que si bien acuerdan con el derecho a manifestarse en busca de mejores situaciones laborales no coinciden en modalidades de protesta que coartan, por ejemplo, la libertad de movilizarse. 

Desde el mediodía, el personal de ‘Marítima San José’ (que mañana vivirá una jornada clave en la secretaría de trabajo de Viedma en la que se definirá si la planta pesquera se cierra o un posible aliado comercial aparece para mantener activa la fuente de trabajo) se agrupó en los ingresos, liberando cada dos horas el bloqueo vehicular. “Si permanecemos en la planta nadie nos escucha”, decían los pesqueros. “Yo soy un trabajador como ustedes, y tengo derecho a pasar” protestaban los automovilistas.

En la municipalidad, en tanto, un reclamo salarial mantuvo inactivos a la mayoría de los empleados, mientras que los integrantes del gabinete municipal los suplieron en algunas funciones, como la atención al público. Para ellos, la discusión comienza. Los obreros de ‘San José’, en cambio, aguardarán apostados en la ruta la resolución de un conflicto que puede confinarlos al desempleo.

Vanesa Miyar