NEUQUÉN (AN)- Con gruesos insultos hacia los jueces recibieron los familiares de Javier Galar la sentencia que condenó a tres años de prisión de cumplimiento efectivo a dos de los cuatro acusados de matarlo a golpes. Los imputados no irán presos porque el fallo, que fue unánime, no está firme.

"¿Nadie lo mató, nadie?", se preguntó desolado el padre de la víctima, quien analizará con su abogado la posibilidad de apelar.

Apenas se supo que la condena recaería sólo sobre Juan Díaz y Leandro Serrano, y a 3 años de prisión contra los 15 que había pedido la fiscalía y los 17 de la querella, el numeroso público que colmó la sala de la Cámara se puso de pie y comenzó a insultar a los jueces.

La lectura del fallo se interrumpió (llevaba más de dos horas y faltaba poco para su culminación), la policía desalojó la sala en forma lenta, lo que dio tiempo a los presentes para gritar su indignación: "Son unos caraduras"; "ustedes no nos respetan"; "no ponen huevos".

El retiro fue pacífico. Sólo hubo algunos golpes contra una puerta y el presidente de la Cámara, Emilio Castro, pidió que detuvieran al responsable, que no pudo ser identificado.

Castro fue autor de los fundamentos del fallo, y blanco de los cuestionamientos más severos. Recordaron además otras sentencias polémicas que lo tuvieron como protagonista (ver aparte).

A la postura de Castro adhirieron los otros dos integrantes del Tribunal. Héctor Dedominichi lo hizo sin fundamentos propios, mientras que Mauricio Zabala (subrogante) formuló algunas precisiones para explicar por qué descartaba la figura de homicidio simple y el agravante de la participación de un menor.

El resultado de la sentencia era uno de los posibles. De hecho los cuatro imputados están en libertad porque no se pudo probar cuál de ellos le provocó las lesiones mortales a Galar. Una combinación de testigos poco confiables y escasez de elementos técnicos para darle solidez a las pericias contribuyeron a este final (ver aparte).

Díaz y Serrano fueron condenados por "homicidio en riña". Nicolás Chambla fue absuelto por los jueces por el beneficio de la duda, y Esteban Larrat por falta de acusación fiscal.

Jorge Galar, padre de Javier, fue uno de los principales voceros de la indignación que causó el fallo. En la puerta del edificio de la cámara, mientras su hija lloraba sin consuelo, afirmó que los que golpearon a su hijo "tuvieron intención de matar. Hubo tres por lo menos que lo patearon, más el menor de edad" que también fue declarado responsable de homicidio en riña en el fuero juvenil.

"Por lo menos dale 10 o 12 años por homicidio simple", reclamó. "Pero no, (los imputados) están sueltos, siguen de joda".