Jueves 30 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 23 > Internacionales
REPORTAJE: "Parecía un terremoto"

BURGOS (España).- "Parecía un terremoto". El atentado con el que ETA celebró de forma macabra sus 50 años de existencia sorprendió mientras dormían a los vecinos de la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos, en el norte de España, contra los que iba dirigido. "Me desperté y no tenía pared enfrente", aseguraba en pijama y aún conmocionado un chico de 14 años.

Hacia las 04:00 horas (02:00 GMT), una furgoneta bomba con al menos 200 kilos de explosivo estalló junto al edificio, entre la calle Jerez y la avenida Cantabria. "Todos los cristales se vinieron encima", explicaba un vecino del cuartel, situado a la salida de la ciudad.

Guardias civiles, dos mujeres embarazadas y seis niños sufrieron el impacto de la bomba, si bien todos resultaron heridos de carácter leve. El pánico, sin embargo, lo llevaban aún todos en el cuerpo horas después de la gran explosión.

El escenario daba cuenta de la potencia de la bomba. El lugar en el que los terroristas habían aparcado la furgoneta quedó sustituido por un gran cráter de unos siete metros de diámetro y un metro y medio de profundidad. Las primeras luces del amanecer permitieron apreciar varias plantas del edificio de 14 convertidas en un esqueleto de hormigón lleno de escombros y cascotes. El destrozo fue grande.

Las inmediaciones del cuartel, acordonadas por la policía, se asemejaban a un campo después de la batalla, con trozos de vehículos y de ladrillos esparcidos por doquier. La onda expansiva destrozó coches aparcados y viviendas de edificios cercanos.

Llantos de niños y de mayores, abrazos de vecinos, amigos y familiares... Ninguno se explicaba qué evitó que hubiera que lamentar muertos o heridos graves. "ETA ha visitado Burgos con intención de matar, de hacer el mayor daño posible", señaló el jefe del gobierno regional de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

En las conversaciones de muchos de los vecinos del inmueble y de otros cercanos se aludía reiteradamente a las vacaciones de verano. A finales de julio mucha gente se encuentra veraneando en las playas españolas o visitando a la familia, lo que evitó que hubiese que lamentar más heridos. (DPA)

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