Yang Yun pensaba que estaba al borde de la muerte cuando sus piernas se paralizaron mientras participaba en una competición de submarinismo libre al noreste de China. Sus piernas no le respondían debido a las bajas temperaturas del ártico. Pero entonces apareció Mila para ayudarla a llegar a la superficie. El matiz que marca la diferencia en esta historia es que Mila no es una persona, sino una ballena beluga. "Empecé a hundirme. Entonces, sentí esa increíble fuerza debajo de mí conduciéndome hasta la superficie", dijo.
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