| Alcohol en gel, desinfectantes, sanitizantes... la epidemia de gripe A que se disemina por todo el planeta ha llevada a gobiernos, instituciones e individuos a replantearse la necesidad de encontrar métodos y herramientas que permitan mantener a raya a los distintos agentes patógenos presentes en el medio ambiente. Un posible e inesperado aliado en esa lucha es el cobre. Tras analizar unos 300 materiales antimicrobianos que contenían distintas combinaciones de cobre, la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU., declaró al cobre como "primer metal bactericida¨ ya que actúa sobre los microorganismos al alterar la membrana celular, sus proteínas y su ADN. El cobre aporta un beneficio sanitario concreto, ya que "las superficies de contacto de cobre eliminan el 99,9 % de los gérmenes, en un período de dos horas". Así, por ejemplo, si alguien con gripe A que hubiera tosido sobre su mano, y luego posara esa mano en un pasamanos de cobre, al cabo de unas horas no habría más virus de la gripe sobre esa superficie, reduciéndose así el riesgo de transmisión de la enfermedad. En superficies normales, se estima que el virus gripal sobrevive más tiempo: 4 horas. "Tendríamos un gran avance en la reducción de las infecciones si distintas superficies de contacto de las salas de los hospitales u otros recintos públicos fueran fabricadas con aleaciones de cobre", comentó la microbióloga Valeria Prado, del Centro de Investigaciones Clínicas y Estudios Farmacológicos de la Univ. de Chile. | |