* En 2009 se redujeron las posibilidades de cesación de pagos gracias a la estatización de las AFJP y las modificaciones a las cartas orgánicas del BCRA y el Banco Nación, que abrieron la puerta a un nuevo stock de fondos frescos que antes no estaba disponible. Para el segundo semestre falta conseguir US$ 9.860 millones, que se obtendrán de los organismos superavitarios del sector público nacional (ANSES, AFIP, PAMI, AySA, etc.).
* En 2010 volvemos a foja cero. El año próximo habrá una brecha de financiamiento que, en el contexto actual (superávit primario en descenso y mercados internacionales de crédito cerrados), genera incertidumbre con respecto a una posible cesación de pagos.
* Sin la generación de una masa de fondos frescos, como en 2009, o la posibilidad de colocaciones directas a Venezuela como en 2008, el camino que queda para conseguir financiamiento es la vuelta al mercado internacional de crédito, comenzando con el pago al Club de París y la resolución del conflicto con los holdouts.
En 2009, las obligaciones de deuda alcanzan los US$ 20.300 millones. Esa cifra incluye el pago de intereses, amortizaciones e capital, el pago del cupón del PBI y la recompra de cupones por exceso de capacidad y crecimiento. Las fuentes de financiamiento en el primer semestre
Ya llegando al fin del primer semestre, el Gobierno nacional ha podido adquirir US$10.440 millones para financiar sus obligaciones de deuda, lo que representa el 51% de las necesidades totales de financiamiento. El Gobierno consiguió el 24% del total (US$ 2.465 millones) por medio de un roll-over de Letras del Tesoro con vencimiento en 2009. La operación más importante en este sentido fue la cerrada con la ANSES, a la que se colocó un título por un monto equivalente a todos los vencimientos en este año, con el que se postergaron los pagos hasta 2016. El instrumento elegido fue el BONAR 2016, que se colocó a una tasa BADLAR más 325 puntos básicos, por un monto de US$ 2.195 millones.
El resto del roll-over de vencimientos se efectuó en relación con las Letras del Tesoro en manos del Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Empresas y la Lotería Nacional con vencimiento en marzo y junio del corriente, por US$ 270 millones. La tasa de colocación fue, en todos los casos, la Lebac, con el primer cupón a una tasa de entre el 14% y el 15%. Otros US$ 5.735 millones (55%) se obtuvieron por medio de “fondos frescos”. La fuente más relevante en este sentido fue el Banco Central, con un incremento de los Adelantos Transitorios al Tesoro por US$ 2.700 millones. Cabe recordar que, en todo 2008, el incremento de los Adelantos Transitorios del BCRA había alcanzado los US$ 1.660 millones.
La suba fue posible gracias a la modificación a la carta orgánica del BCRA aprobada con el Presupuesto 2009, que permitió la ampliación del uso de este instrumento. De acuerdo con la normativa, el BCRA puede otorgar adelantos transitorios al Gobierno nacional hasta una cantidad equivalente al 12% de la base monetaria. Puede, además, concederle un adicional que no supere el 10% de los recursos en efectivo que el Gobierno nacional haya obtenido en los últimos doce meses, únicamente para ser destinados al pago de obligaciones con los organismos multilaterales de crédito. Con la reforma a la carta orgánica aprobada en 2008, el límite del adicional fue ampliado al pago de cualquier obligación en moneda extranjera, lo que implicó una ampliación de esta fuente de financiamiento por US$ 4.850 millones para 2009.
Otra fuente importante de fondos frescos fue el Banco Nación. En el Presupuesto 2009, también se modificó la carta orgánica de ese organismo, de manera que se le permitió realizar préstamos al sector público nacional no financiero por un 30% de los depósitos, por $30.000 millones que tiene en la entidad, en la medida en que se destinen al financiamiento de gastos de capital o amortización de deudas, una posibilidad que antes estaba vedada. Con esta modificación, se abrió la posibilidad de un “nuevo financiamiento” por $10.000 millones en 2009, de los que ya programaron desembolsos por hasta $7.300 millones (US$ 1.895 millones) en 2009, a una tasa BADLAR + 100 puntos básicos, con vencimiento en 24 cuotas mensuales consecutivas a partir de enero de 2010.
La ANSES también constituyó una fuente de fondos frescos en el primer semestre ya que, además del roll-over de los vencimientos que acordó con el Gobierno nacional por las Letras con vencimiento en 2009, tomó nueva deuda por US$ 1.140 millones a largo plazo. La mayor parte (US$ 788 millones) se colocó a través del BONAR 2016 en pesos a tasa BADLAR + 325 puntos básicos, mientras que el resto (US$ 352 millones) se colocó por medio del BONAR 2014 a una tasa del 15,40% en el primer año y luego BADLAR + 275 puntos básicos en los años siguientes.
Los organismos internacionales fueron la tercera pata de financiamiento en el primer semestre. El Banco Mundial finalmente aprobó en junio la estrategia de alianza con la Argentina, por la cual compromete financiamiento por US$ 3.300 millones para los próximos tres años. Para 2009, están comprometidos US$ 1.290 millones para el proyecto de desarrollo de la cuenca del Matanza-Riachuelo y el Proyecto de protección básica (Fase I). Hacia fines del mismo mes, el BID aprobó un crédito por US$ 850 millones para la instrumentación de políticas de protección e inclusión social, a una tasa de interés Libor y un plazo de amortización de 25 años.
Por último, en la Corporación Andina de Fomento, hay una carpeta de proyectos por ser aprobados que implicarían desembolsos por US$ 860 millones en 2009. En su última semana de gestión, Carlos Fernández logró la firma de uno de ellos por US$ 100 millones que serán destinados a la terminación de la central hidroeléctrica argentino-paraguaya Yacyretá.
¿Quién nos financiará en el segundo semestre? De acuerdo con las necesidades de financiamiento iniciales y si tenemos en cuenta que hay US$ 10.440 millones, “asegurados”, faltarían US$ 9.860 millones para cumplir con las obligaciones de deuda. Si suponemos que el superávit primario relevante para el pago de deuda es nulo en 2009… ¿cómo se saldará la brecha?
En lo que se refiere al roll-over de vencimientos de Letras del Tesoro en 2009, si bien los de la ANSES ya se reprogramaron para 2016, restan los de las Letras en manos de otros organismos superavitarios del sector público nacional. Si se refinanciasen todos ellos, el Gobierno se ahorraría US$ 1.210 millones en 2009. Los más relevantes corresponden a deudas con la AFIP (US$ 416 millones), el PAMI (US$ 260 millones) y AySA (US$ 168 millones).
Por parte de los “fondos frescos”, de acuerdo a los nuevos límites establecidos por las modificaciones a las cartas orgánicas del Banco Nación y el BCRA, para la financiación al sector público nacional, restaría un margen prestable de US$ 705 millones y US$ 500 millones respectivamente que podría ser utilizado por el Tesoro Nacional para el pago de vencimientos.
Por el lado de la ANSES, también habría un margen adicional de US$ 7.860 millones para financiar al Tesoro. A este monto se llega considerando el superávit originalmente presupuestado de la ANSES para este año, más el flujo adicional de $13.500 millones que significó el traspaso de los aportantes de las AFJP al régimen de reparto. Se supone, además, que se le colocarán nuevos títulos a la ANSES por los bonos con vencimiento en 2009 que antes estaban en manos de las AFJP y por el monto de la recompra de bonos por “excedente” de capacidad y crecimiento que se cancelará con dicha institución.
Por parte de los organismos internacionales, aun considerando que no se consigan más fondos por parte del BID, restarían los US$ 760 millones en carpeta para ser aprobados por la CAF para este año.
Sumando todas estas posibilidades, se llegaría a US$ 11.035 millones, lo que superaría los US$9.860 millones que hacen falta para cubrir las necesidades de financiamiento de este año.
Fuente: abeceb.com |