Las fotografías pueden verse con entrada libre y gratuita en la sala Prometeus del Recoleta (Junín 1930), de lunes a viernes entre las 14 y las 21, y los sábados y domingos de 10 a 21, y -según Anaut- proponen "retomar una relación más cercana con la naturaleza, algo que se ha ido perdiendo con el tiempo y más en las ciudades".
Autora y protagonista de las fotos, pero responsable de la creación y confección del vestuario, las escenografías y la puesta en escena de todas sus imágenes, Anaut personifica a una sirena "desterrada por el tiempo, como si ella fuera un personaje eterno".
En una entrevista con Télam, Anaut recordó que este personaje surgió de una serie de fotografías anterior llamada "Ofrendas", en la que la sirena era una más entre varios otros personajes míticos que ofrecían rituales a diferentes deidades que tenían como único centro a la naturaleza.
"Es como si esta sirena viviera eternamente y, de manera paralela, el paisaje a su alrededor se fuera modificando: los ríos se secan, se construyen ciudades, se forman desiertos y ella convive con todo eso", explicó Anaut, que nació en la provincia de Río Negro y estudió allí pintura y grabado.
Sin embargo, precisó la joven, "no se trata de una serie trágica ni melancólica, porque ella logra sobrevivir a pesar de todo y siempre hay ciertos elementos que la unen a su principio, que es lo natural".
Espacios irreales, personajes arquetípicos, rituales y una iconografía pagana poblada de peces, enredaderas, pájaros, frutas, caracoles, conchillas y estrellas de mar, son temas y elementos recurrentes en el sincretismo que ella aborda para crear su propio universo mitológico.
"El disfraz de sirena es importante en el sentido del ritual primitivo, porque asemeja a la sirena con un animal. En todas mis fotos hay algo medio animal y medio humano, cierto desarraigo con el que creo que la gente puede llegar a sentirse identificada", afirmó la fotógrafa.
Aunque dice que no se trata de una serie autobiográfica, Anaut reconoce que su trabajo está relacionado con su historia personal y su mudanza de Río Negro a Buenos Aires, pero señaló que "no sólo tiene que ver con una distancia física, es algo más".
"En estos fotomontajes hay cierta nostalgia con respecto a esos rituales que a los seres humanos nos unían con lo natural. Me parece que es una sensación de desarraigo general y que mucha gente lo siente así", señaló la artista, que para esta serie tomó fotos a paisajes de Cipoletti, Esquel, Claromecó, Las Grutas, Mar del Plata y Gualeguaychú.
"Destierro del Mar" es una muestra que no sólo expone fotografías, sino que suma a la poesía y el videoarte, ya que las imágenes de Anaut dieron origen a los textos de Emilce Schedel, que "son como la voz de la sirena, expresan sus pensamientos y sus propias palabras".
La exposición ofrece, además, los trabajos audiovisuales de Ignacio Laxalde, uno de los integrantes de Humus, un grupo de cineastas que entre otros filmes realizó el largometraje "Básicamente un pozo", del cual Anaut fue vestuarista y directora de arte.
Anaut fusiona por medio de técnicas digitales la fotografía, el dibujo, la pintura, el collage y el fotomontaje, logrando bellísimos cuadros que combinan lo natural y lo artificial con cierta inocencia naive y estética kitsch.
"Me gusta que la gente vea algo lindo en mi obra; hay artistas que quieren impactar y conmover al espectador, pero yo prefiero que la gente se acerque porque ve belleza en mis trabajos", señaló la fotógrafa.
Y agregó: "El fotomontaje me da la libertad de sentir que casi estoy pintando con fotografías. Con el fotomontaje se pueden crear climas y atmósferas fantásticas. Lo bueno es que también me permite modificar la realidad y convertirla en mi fantasía".
(Télam)