El Gobierno de Cristina Kirchner deberá enfrentar fuertes vencimientos de deuda, mientras el superávit comercial y fiscal seguirán en baja, por lo que las cuentas se complicarían.
Así lo advirtió ayer la consultora privada Ecolatina, cuyo informe destacó que en los últimos 24 meses el sector privado fugó unos 44.000 millones de moneda estadounidense.
Sin embargo, las cuentas del país podrían oxigenarse con los 2.500 millones de dólares del préstamo anunciado la semana pasada por Fondo Monetario Internacional (FMI), y los swaps de moneda acordados con China y Brasil.
La cuenta corriente cambiaria superó los 5.600 millones de dólares en el segundo trimestre, alcanzando el récord de los últimos 15 años, lo cual golpeó en cierta medida las cuentas del Banco Central (BCRA).
Sin embargo, los dólares comerciales "se esfumaron velozmente" por la fuga de capitales que se mantiene "firme" y afecta a la solidez de la economía argentina, indicó el informe.
Desde abril de 2008, el sector privado fuga unos 2.000 millones de dólares por mes, lo cual habría alcanzado los 6.500 millones de esa moneda en el segundo trimestre del año.
En el segundo trimestre la cuenta corriente récord relajó las presiones sobre el Banco Central que dejó de asumir pasivos con el Banco de Basilea, tras un 2008 de fuerte endeudamiento (4.755 millones de dólares).
Además, la brusca caída de las importaciones en los últimos meses financió parte de la fuga de capitales del sector privado y así se evitó que caigan las reservas internacionales.
La salida de dólares tiene efectos "muy dañinos" sobre la economía ya que resta los recursos que podrían canalizarse hacia la inversión y el consumo, al tiempo que reduce la base impositiva, afectando negativamente la recaudación.
La desconfianza es el principal motor de la salida de capitales: tanto en la fuga de 2001-2002 (6,4 por ciento del PBI) como en la de 2008-2009 (6,7 del PBI) la confianza de los consumidores se ubicó en niveles mínimos, dijo Ecolatina.