TEHERÁN (DPA).- El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, destituyó ayer a dos de sus ministros por las disputas surgidas en torno al vicepresidente Rahim Mashaei, mientras que el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani desafió las críticas conservadoras insistiendo en que se libere a los presos políticos.
Al reiterar esta solicitud, Rafsanjani desafió abiertamente las críticas expresadas por la principal entidad religiosa iraní, la Asamblea de Expertos, que la semana pasada había exigido que el ex presidente demostrara un "apoyo transparente" al líder supremo ayatollah Ali Khamenei y que se esforzara "para que la oposición fracasara". Muy por el contrario, Rafsanjani afirmó en un encuentro con profesores universitarios en Teherán: "Mi postura sigue siendo la que mencioné en la oración del viernes (17 de julio)".
En la citada fecha, Rafsanjani había afirmado en un sermón que el país se encontraba en crisis y solicitó que como primera medida en pos de una solución se liberara de inmediato a todos los detenidos políticos.
Según relevamientos oficiales, más de 1.000 personas fueron arrestadas tras las controvertidas elecciones presidenciales del 12 de junio. Unas 100 personas aún se encuentran en prisión.
Por otra parte, la agencia de noticias Mehr informó que el ministro de Información y jefe de los servicios de inteligencia, Gholam Hussein Mohseni Ejei, y el responsable de la cartera de Cultura, Hussein Safar Harandi, dejarán sus puestos por decisión del presidente. Medios locales habían señalado que Ahmadinejad tuvo un fuerte intercambio verbal en el gabinete sobre el vicepresidente Rahim Mashaei.