En un ambiente signado por la palabra traición -sayo que le cabe a más de uno y eso que el país no está para sopor-tar deslealtades recicladas-, se inauguró una nueva etapa de diálogo político en la que la presidenta parece dispuesta a conceder y la oposición, en líneas generales, a conciliar.

"No se va a divorciar. Su esposo seguirá siendo un hombre de consulta, pero ha reflexionado y tomado conciencia de que, si no actúa con seriedad, no será posible seguir sosteniendo el actual modelo hasta el 2011", señaló a "Río Negro" una alta fuente gubernamental al referirse al delicado equilibrio existente entre Cristina Fernández y Néstor Kirchner.

La convocatoria tiene varias vertientes frente a la necesidad de encontrar respuestas perentorias a las demandas de la sociedad:

? Los partidos abrieron un cauce con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, encabezados por una coalición en la que empezó a tallar fuerte el vicepresidente Julio Cobos (quien ya se está apoltronando en la UCR), en desmedro de la automarginada Elisa Carrió.

? Por otro surco empezaron a transitar bajo la supervisión del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, empresarios y sindicalistas que conformarán un consejo económico y social, siempre y cuando se sumen a las conversaciones a dirigentes de las entidades agropecuarias.

? Una tercera huella se detecta en el parlamento, donde los jefes de bancadas del Frente para la Victoria, Agustín Rossi y Miguel Pichetto, conscientes de la debilidad oficialista y de que no se puede seguir en esta instancia con los puños cerrados, llevaron tranquilidad al arco no K en crecimiento, prometiendo flexibilidad no conocida hasta ahora en el tratamiento de leyes clave.

La serenidad de la presidenta, por ejemplo, sorprendió a la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), que trazó un cuadro de riesgo. Cristina expuso que los datos económicos no auguran una catástrofe, admitió que se vienen cambios en el INDEC (¿cargos por concurso?, ¿ingreso de profesionales de la UBA por imposición del ministro Amado Boudou?) y una reanudación de la relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el organismo anatematizado por Néstor, luego de resolver el tema de la deuda externa.

La demorada partida del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, sigue siendo un tema a resolver, porque se sabe que el Ejecutivo no es proclive a soltar la mano de un funcionario culturalmente incorrecto y hasta dañino pero leal y honesto. Su suerte dependerá de la impronta de Boudou, quien llamativamente debió salir al cruce de los rumores de su renuncia. Más noticias para este boletín en los próximos días.

Lo que la presidenta está avisando, incluso a la Iglesia -que la semana pasada levantó la voz a favor de los pobres-, es que está dispuesta a ceder y bajar las retenciones al maíz, el trigo y hasta a la soja, pero no sin hacer un riguroso análisis sobre el impacto fiscal de la disminución de tales retenciones.

"Hay provincias que no pueden pagar los sueldos. Si se da todo lo que pide graciosamente el campo sin tomar los debidos recaudos, la Argentina podría derrumbarse. Habrá que buscar primero mecanismos de financia- miento para sostener las actividades esenciales del Estado", señaló otra fuente oficial a propósito de las demandas de sectores corporativos.

El portavoz apeló a la metáfora de la sábana corta, que cuando tapa de un lado desprotege del otro, pero a la vez ponderó la actitud responsable del radicalismo y el socialismo y resaltó las gestiones silenciosas que está realizando el ministro de Planificación, Julio de Vido, para cerrar heridas en el justicialismo.

Las lesiones se hicieron más visibles luego de que el ex jefe del PJ, Néstor Kirchner, en una actitud incongruente con su proceder de los últimos meses, se consideró "víctima de la vieja política" en referencia al doble juego en el que habrían incurrido algunos intendentes del Gran Buenos Aires.

"La mayoría trabajó para ganar, pero la ola que venía en contra era muy grande", es el argumento que utilizó De Vido para convencer a los Kirchner de que, salvo algún caso puntual, los "barones del conurbano" no le hicieron a Néstor ninguna zancadilla.

Kirchner abrió otros frentes. En Santa Cruz, donde sucumbió el 28 de junio, se peleó con el gobernador Sergio Peralta. En Chubut, en horario nocturno, le invadió el territorio al mandatario Mario Das Neves, quien por eso lo menos que le dijo fue hipócrita e irrespetuoso. Enigmáticamente le contestaron al "portugués" con leyendas que lo señalan como "come perros". Lanzado a la carrera presidencial, Das Neves mantuvo luego una reunión componedora con el diputado Rossi.

Más o menos expectantes continúan Mauricio Macri, quien esta semana será recibido por Cristina; Eduardo Duhalde, en su papel de "aglutinador" tolerante con la presidenta e implacable con Néstor, y Carlos Reutemann, también moderado con los K, pero sin bajar las banderas de los productores agrarios. Cobos, en cambio, no se privó del perfil alto a un año su voto "no positivo" que hizo caer la resolución 125, lo enemistó con el poder central y lo volvió a arrojar a los brazos de un radicalismo huérfano de líder.