Hay dos temas que deambulan sin cesar por la cabeza de Julio Grondona: el escenario del partido Argentina-Brasil y el inicio del próximo Apertura.
El presidente de la AFA confirmó ayer lo que todos pensaban: que casi con seguridad le hará lugar al pedido de Diego Maradona y el imperdible clásico sudamericano se disputará el 5 de septiembre en el Gigante de Arroyito. "Esperemos que en diez días esté todo hecho y en condiciones; la idea de hoy es que Brasil y Argentina jueguen en Rosario", señaló Grondona.
Con el visto bueno de la FIFA ya comenzaron los trabajos en el estadio de Central, donde el seleccionado nunca jugó por eliminatorias y de los 11 partidos que disputó, ganó 8, empató dos y sólo perdió con Brasil en el Sudamericano de 1975.
El dirigente dijo que él responde al pedido de los futbolistas. "Cumplo con el deseo de los jugadores, que me lo han pedido", reconoció en declaraciones a radio La Red.
Además, negó inconvenientes con Diego Maradona, aunque volvió a apostar al regreso de Juan Román Riquelme a la Selección. Al respecto, señaló que el 10 de Boca y el seleccionador tienen una relación como "un matrimonio, por eso saben cómo arreglarlo y qué hacer", apuntó
Ya en el plano local, el titular de la AFA admitió la posibilidad de que se postergue el comienzo del torneo local a causa de las deudas que muchos clubes tienen con sus jugadores, aunque opinó que todavía hay "tiempo" para que regularicen su situación.
"Sabemos cómo funciona esto, pero sólo siete instituciones presentaron problemas y dos o tres de ellas ya los solucionaron, o al menos están cerca de hacerlo. El campeonato empieza el 16 del próximo mes, así que tenemos tiempo", afirmó.
Asimismo aclaró que "el que no pague, no podrá efectuar ninguna incorporación" y admitió que "hay situaciones que no son lógicas, contratos de futbolistas que terminan para que estos dejen los clubes en condición de libres o con deudas de primas atrasadas, y todo esto lamentablemente sucede en los cuadros más poderosos del fútbol argentino, ya que tienen que pagar cifras más abultadas". También señaló como principal culpable a la "crisis económica mundial", que afecta "a un sistema basado en la exportación de jugadores".